Monthly Archive for December, 2003

XI Premios Locovox de la Semana

Sucumbí. Sucumbí, sucumbí, sucumbí. Llegó la hora de entregar los premios antes de que se acabe el año, y pese a que ya había olvidado que era mi deber e incluso quise simplemente dejarlo pasar (¡sólo diez entregas, ni una más!), he caído en la trampa de “pero ¿qué día es hoy? ¡oh, es día de Locovox, se me hace tarde!” Así que no alcancé a reunir a los ibicencos y me tocó pedir un reemplazo urgente. Un aplauso para la cuna de estrellas de México: ¡Timbiriche!

Sabía que enloquecerían con estos anfitriones.

Blog de la semana: Master of Silent Thoughts… Slave of Such Spoken Words, de Seele, por Are you cold?. No sé por qué pero me hipnotizó.

Comment externo de la semana: Un poco tarde pero tenía que ponerlo. La larga y encarnizada discusión sobre tesoros arqueológicos, antiamericanismo y Hussein en …ga kiraidesu.

Premio Yurupary al relato: Arcandolf, por Al fin es 24! en No Way Jose.

Canción de la semana: Hidamari no Uta, de Le Couple.

Premio Jordi (no me dirán que no recuerdan a nuestro pequeño héroe francés, intérprete del gran éxito Dur Dur D’Etre Bebe) al artista revelación de la semana: el Jordi de la semana va para cuatro personajes (por favor, pasen al frente):

Bueno, creo que eso es todo. Ganadores, recojan sus premios; apaguemos este auditorio y vámonos a dormir. No, no me alcanza la plata para ofrecerles galletas Caravana y vino Cariñoso. Salgan, salgan, que ya vienen a barrer.

SUENA: Bigger than My Body — John Mayer

Not Much

Hm, quiero escribir algo y no sé qué. Estaba sonando el tema de Night Walker y me gustó. Estoy bostezando, tengo frío, pero no quiero irme a dormir aún. Me gustaría tener algo interesante que contar, un cuento tal vez. Las cinco del viernes fueron un fiasco, contar cuentos forzosamente a partir de una frasecita no sale tan rápido… Érase una vez un caballito de cristal… Si por lo menos alguien quisiera escucharme…

Qué lindos son los fractales. Quise buscar la imagen de una estaca en el corazón y terminé sacando este hermoso fractal. Bueno, no se me ocurrió qué clase de estaca en el corazón quería, así que resulté sacando un fractal.

Bueno, algún día se me ocurrirá algo que poner en este aparato. Me hallo en un punto en el que tengo mucho que decir y al mismo tiempo absolutamente nada que decir. Mejor reposo.

Cuentos de las Cinco

Cuentillos cuentillos… Hasta ahora que Minori duerme puedo contestarlos. Que no se note que quería contestar, aunque de las cinco sólo me llaman la atención dos.

1) Érase una vez un pequeño caballito de cristal que no podía correr, precisamente por el material del que estaba hecho. Pese a poseer una extraordinaria belleza y estar orgulloso de ella, envidiaba al resto de los caballitos que alegremente trotaban por la pradera, sabiéndose tan delicado y desprovisto de movilidad. Ellos, por su parte, admiraban su imponencia pero le preguntaban por qué no podía moverse. Era tan bello que parecía inalcanzable. Nadie conocía bien al pobre animalito por el distanciamiento que generaba.

Cierto día el caballito decidió buscar su origen, ya que pensó que alguien sin crin sedosa ni ojitos brillantes no podía ser un caballo de aquellos… Pasó años caminando muy pero muy despacio, buscando caballitos como él. De este modo llegó, por casualidad, al taller de un soplador de vidrio. Al ver todos los artefactos transparentes como él, no dudó en hablarle al soplador y preguntarle si sabía qué era él.

—Por supuesto— contestó el soplador—, tú eres un caballito de un material muy fino. Eres más fino que todo el vidrio que soplo en mi taller.

—Pero si soy tan preciado, ¿por qué no puedo moverme como los demás caballitos?

—Alguna vez pudiste, caballito. Alguna vez fuiste como una llamita roja, danzando en algún taller de cristalería, no eras caballito, no eras sino libertad. De esa libertad ha surgido tu perfección.

El soplador esperaba una sonrisa por parte del caballito, pero éste se hallaba afligido.

—Mi perfección no sirve para nada. Soy hermoso, pero no soy libre. ¿Hay alguna manera de que yo vuelva a ser libre?

—Es posible… pero para ello deberás dejar de ser hermoso.

El caballito comprendió. Trepó a una mesa, y de allí cayó, partiéndose en mil pedazos. Ya no era nada, pero la caricia de la escoba del soplador fue sólo el principio de una larga travesía a los confines de la Tierra.

2) La puso sobre la cama y muy lentamente le acarició el cabello. Se había quedado dormida en la oscura y estrecha sala. Era tan perfecta ahora que callaba… Qué lástima que el día siguiente traería un nuevo sol de gritos y patadas. Si tan sólo ella confiara en él por sólo un instante, si tan sólo pudiera olvidar que él la había secuestrado…

3) No me lo podía creer, aquel helado de chocolate por el que tanto había luchado, tan reluciente, tan apetitoso, que me había valido un diente y el brillo de un ojo, tres horas de maratón, escondrijos improvisados y el más espectacular escape de la cárcel de mi hogar… cayó al piso en el mismo instante en que deposité las monedas sobre la vitrina.

4) La mirada de aquella niña estaba ahora reflejada en el espejo, su cara era la misma, pero sus hermosos ojos verdes habían sido reemplazados por esa mirada negra de pupilas desmesuradas. Ella deseaba con todas sus fuerzas separarse de aquel collage grotesco, correr a su cama o buscar otro espejo para saber si sus ojos seguían en sus cuencas. Sin embargo, por más que moviera sus brazos y piernas, por más que retorciera su tronco, su cabeza seguía en el mismo lugar. Pronto, el resto de su cuerpo también empezó a obedecer la negra mirada del espejo. Caminó lentamente hacia él; parecía calmada, pero su corazón absorbía sangre desesperadamente sólo para vomitarla inmediatamente en locos espasmos. ¿Adónde iba? Supuestamente era sólo un vidrio a lo que se aproximaba… su mano se extendía automáticamente… y el espejo adquirió la textura del agua. Ahora ella pertenecía al mundo de los reflejos, encerrada tras el vidrio nuevamente solificado mientras la niña de los ojos negros corría a explorar su recién recobrada libertad.

5) Si por lo menos alguien quisiera escucharme…!” gimió la mujer en medio de la multitud que se congregaba a su alrededor. Pero, ¿cómo hacerles entender a todos esos perros gigantes que ella no había asesinado a su jefe, que ella no tenía por qué convertirse en su almuerzo?

Las cinco del viernes

Have yourself a merry little Christmas…

1)¿Qué sientes días antes, durante y después de estas fechas tan señaladas?

Antes: nada (uno no se muere la víspera sino el día)

Durante: felicidad relativa (qué buena comida, qué bueno verlos, esto es igualito a un cumpleaños pero con mejores viandas)

Después: dolor de estómago (no debí haber comido tanto… no vuelvo a tragar de ese modo, no señores)

2)¿Qué recuerdos de la infancia guardas de la Navidad que aún lleves a la práctica?

Desde que nací paso la Navidad con mis abuelos. Sí, toda una vida de novenas, música, comida, abuelos, tíos y primos. Nunca me ha disgustado.

3)¿Cuándo y quién rompió la magia infantil de los Reyes Magos?¿Cómo te sentiste al saberlo?

Empezaron mis compañeras de clase, terminaron mis propios papás. Me resistí un poco, pero no fue nada traumático. Supongo que mis hijos no tendrán eso pero sí un regalito especial de parte de sus padres que tanto los quieren.

4)¿Cómo decoras tu casa?¿Qué es lo que mas ilusión te hace de estas fechas? Y si no te gustan, ¿por qué?

Uf, esta casa es Navilandia. Cuando la temporada se acaba, la casa parece desnuda. Me encantan las luces navideñas y la decoración de mi casa, que aunque llena de cositas, no llega a ser guisa. Sí, ya que mi espíritu navideño ávido de regalos murió en Iowa, me gustan simplemente las luces, los familiares y la comida.

5)¿Qué le pides a esta Navidad?¿Qué sueños quieres cumplir? ¿Hay alguien en tu vida al que necesitas tener esa noche más cerca que a otros?

Minori ya está, vi a un montón de familiares que estaban lejos, todo anda bien en esos términos. No se me ocurre un deseo… mi espíritu navideño mermó un poco, no espero regalos pero si llegan it’s ok. Me gusta simplemente ver la decoración, reunirme con la familia, comer y comer y comer.

Meri– Kurisumasu!

Felices pascuas, joyas.

¡Ayer 24 de diciembre la pasé genial! Expliqué en inglés para un video qué es la Novena, nos desgañitamos la garganta gritando villancicos y lo que mi tío trajera a colación con la guitarra, comí, me dormí justo antes de medianoche sólo para recibir un “¡FELIZ NAVIDAD!” frenético en acento extraño y pensar “ha sido contagiado con el espíritu navideño… pensar que hace un año apenas medio murmuró cuando dieron las doce”.

Qué linda, qué linda, qué linda es la Navidad. Se parecerá mucho a un cumpleaños familiar, pero igual, es linda.

SUENA: Minori preguntando “What are we going to do tomorrow?”

Welcome to Dubuque, Iowa!

Los Cotaros says:

I was going to take a picture of the Deer Hunting game

Los Cotaros says:

but unfortunatelly it has been changed for a Goose Hunting game

Shiawasena—! says:

HAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA

X Premios Locovox de la Semana

Ya los vi haciendo caras, creyendo que no iba a haber premios. ¡Pues no! Para que vean que Olavia Kite cumple, cumple, cumple. Sin embargo, hoy los chicos están dorándose con el sol de Ibiza, y en su lugar ha llegado un personaje que derretirá sus corazones y los hará vibrar con la energía de la Navidad. Con ustedes, ¡José Feliciano!

Blog de la semana: Seven Seas of Rhye, de Rhye, por Take the Blue Pill. Muy ingenioso.

Comment externo de la semana: Ascaroth y compañía, por la discusión sobre el azúcar en Autorretrato en tres colores.

Bloggevent de la semana: No me importa que a nadie le importe y que no tenga que ver con Blogotá, pero el amor de mi vida está junto a mí y nada le puede ganar a eso.

Premio Yurupary al relato: Aranta, por Maldita sea mi suerte en Nimie…dad.

Canción de la semana: Vamos, pastores, vamos, porque una viejita del conjunto me reveló la verdadera melodía durante una novena. Fue el descubrimiento más asombroso de la temporada.

Premio Acrónimos a la perla gramatical: Ascaroth, porque teme que le “apunten” ambas piernas (es amputen… lo siento, tenía que señalarlo).

Ahí perdonarán la escasez. Reclamen su premio de manos de nuestro adorable invitado y asegúrense de darle un abrazo bien fuerte, que él no se puede deleitar viendo los abanicos que ustedes llevan a casa, pero al menos pueden chicanear con sus amigos “¡Yo le di un abrazo a José Feliciano!” cada vez que en Melodía Estéreo suene Feliz Navidad.

SUENA: Les Jours Tristes — Yann Tiersen

Shiawasena—!

¿Cómo explicarlo?

Había olvidado muchas cosas, encerrada entre estas palabras y una voz y la soledad disfrazada de compañía. Las he recordado. El otro trozo de mi alma no estaba en mi imaginación. No me paré tras una incómoda barra a esperar la fantasía perfecta. Salió. Era cierto. Mi vida era cierta.

Tantas preocupaciones que llenaban un vacío… tantos vacíos… se han vuelto innecesarios. Sonrío mientras existe esa sonrisa, desaparezco del mundo para hundirme en aquellos ojos, ¡la felicidad existe!

No tengo nada que decir. Hay mucho que en estos días simplemente no es.

SUENA: Bob and Margaret

Copia + Paciencia + Felicidad Reprimida = 7 Canciones

Debido a que he sido forzada por Ananke, diosa de la Necesidad, a esperar alrededor de cuatro horas haciendo nada, he decidido copiarme del señor Andrés Gualdrón y sus subsiguientes copias (El Juli, Glow). He aquí mis siete canciones elegidas más o menos at random (más o menos porque omitiré la música de mi hermanita que no me guste y los sonidos de la Encarta que, curiosamente, se incluyeron en la lista del Windows Media Player).

  1. Powerless (Nelly Furtado): Tuve mi súper época con Nelly justo antes de irme a Iowa. Powerless me invita a volver a incluir a Nelly entre mis cantantes favoritos, pero necesito oír todo el CD un par de veces a ver si logra clasificar una vez más.
  2. Cruel to Be Kind (Letters to Cleo): Nunca vi Ten Things I Hate About You, pero esta canción me recuerda muchísimo a Valeria, mi amiga del colegio, con quien la cantábamos todo el rato. Ella le veía el trasfondo romántico de la película, a mí sólo me parecía una canción divertida. Ahora sí que me pone nostálgica.
  3. Blackbird (The Beatles): Esta canción es para ponerse a llorar de la emoción. Mis mejores sentimientos afloran con sólo escucharla… No tengo palabras para describirla adecuadamente. Simplemente me hace sentir grande el alma.
  4. Tania (Fruko y sus Tesos): Del archivo bailable de Olavia Kite sale este clásico que ella bailaría si no fuera porque a) la idea no le anima mucho y b) no tiene con quién.
  5. The Voice (The Alan Parsons Project): No es de mis favoritas de este grupo, pero es muy buena; sigue teniendo ese toque extraño que me ha llevado a catalogarla como música ciencia-ficción. Esta canción me hace recordar los Relatos del Piloto Pirx, de Stanislav Lem.
  6. Teorema de Tales (Les Luthiers): Esta canción, La tanda y La gallina dijo Eureka me han acompañado durante toda mi infancia, digo, toda mi vida. No se les haga raro que me sepa esta canción de memoria. Gracias a mi padre por proporcionarme el gusto hacia este grupo que, muchos años/cassettes/discos/mp3 después, todavía me hace reír.
  7. This Is Love (Hi-Standard): Gracias a Minori Honda conocí el punk japonés, o al menos dos de sus representantes. Hi-Standard me trae recuerdos de las tres horas y media que separaban a Dubuque de Arlington Heights, donde siempre nos esperaba un gran mercado en Mitsuwa y mucho pero mucho sushi en Sushi Station. Irashaimase—!

Listo, éstas fueron mis siete canciones, y gasté apenas media hora. ¿Ahora qué hago?

SUENA: To Your Love — Fiona Apple

Gallery

La galería que he dispuesto en el lado inferior izquierdo de la página, titulada Tell Me What You See, no es más que una lista de personajes que me traen gratos recuerdos o simplemente me gustan. Desde Tatsuya Fujiwara hasta Tron, no están todos pero sí los que cupieron de algún modo. Lamento la ausencia del Conde Pátula, las Tortugas Ninja y los Supercampeones…

Siempre he querido hacer una lista de cosas que me gustan, como los deslumbrantes días de diciembre que tiñen las montañas de resplandeciente ámbar cuando agonizan, como si sangraran y desearan que su sangre se extendiera por toda la ciudad. Sin embargo, siempre me encuentro agregando más y más y más y más cosas a la lista… lo cual es bueno, porque si tuviera una capacidad limitada de asombro y placer yo sería un Tamagotchi.

Bueno, no estoy muy segura de lo que quiero escribir en este momento. Algo muy importante va a suceder en menos de 48 horas, sufro de insomnio desde hace un par de días, empezó la Novena y disfruté cada segundo de ella, quisiera escribir un cuento pero no he podido lanzarme al agua… Creo que lo mejor es irme a disfrutar de la nada que me rodea y botar las horas que quedan como volantes callejeros, como hojas apiladas con un rastrillo para dejar el suelo limpio sólo para ser contaminadas nuevamente con un pulcro manto de nieve. Soy impotente frente al tiempo y, no contenta con ello, decido vivir una vigilia que hace que el tiempo sea aún más perceptible, justo lo que no debía ser.

¿Qué veré en ese momento? ¿Cómo haré para soportar el peso del tiempo cuando la vigilia sea obligatoria? Siento que miraré a un vacío compuesto de caras, no muy segura de lo que desearé hallar allí… Creo que estoy pidiéndole a un espejo del presente que me diga el futuro, veo mi faz y espero ver la faz del mañana, un mañana tan cierto como irreal. No, no puedo creerlo. Sucederá, será excelente, pero yo simplemente no puedo creerlo.

Y mientras dejo que el tiempo gotee y continúe esta tortura china, me retiraré y trataré de vivir normalmente. No puedo eludir la vida, así que simplemente seguiré caminando por ese camino incómodo que necesariamente hay que recorrer.

SUENA: South Park