Las cinco del viernes el jueves

A ver si me relajo contestándolas.

1) Al abrir los ojos, una mañana de invierno, descubres que la persona

que duerme a tu lado se ha convertido, durante la noche, en un reptil (lagarto o lagarta, según los casos): ¿Cómo reaccionarías?


¡Le daría un beso y se transformaría de nuevo en ser humano!

2) Han pasado seis años desde que dejaste de frecuentar la blogosfera: ¿Qué has conservado de esa época, de esos contactos, de esas vínculos?

Si me alejo de los blogs, lo cual es poco probable, las buenas amistades permanecerán.

3) Mañana anuncian el cierre de TODOS los nodos de acceso a Internet, se acabó lo que se daba: ¿cómo reaccionarías, hasta qué punto es grave tu adicción?

¡¡¡Y AHORA CÓMO ME COMUNICO CON KOTARO Y MINORI SIN QUE ME CUESTE UNA FORTUNA!!! Y tendría que ponerme a tejer o hacer planas o programar en QBASIC porque me daría una ansiedad

4) Sembraste un nogal y la primera cosecha fue magra, la segunda

paupérrima, la tercera es de peras: ¿Lo talarías?


Al menos salieron peras… así que recojamos peras y hagamos dulce.

5) Elimina la “o” y la “t” del teclado y escribe una frase de amor o un piropo original.

DAISUKIDESU!!!

SUENA: Something to Sleep to — Michelle Branch

BLAA

Uno de los mejores momentos de mis monótonas semanas es la visita a la Biblioteca Luis Ángel Arango. Camino por entre casas antiguas, papelerías, olores de pan recién horneado y carne asada y después de un tramo ya no tan eterno… llego al templo de casi todos los libros. Me relajo del todo… dejo de lado todos los problemas de la vida (que no son tantos, afortunadamente) y me concentro en la búsqueda de un computador. Después mi mente se convierte en comandos… “t. yurupary” o “s. gramatica” o “a. rimbaud arthur” y puede pasar mucho tiempo así sin que yo me percate… todo es “a. mishima yukio”, “t. carnero”, “t. senor muy viejo con unas alas enormes”, “a. aleph”, etc. A continuación, la espera. Pasa el tiempo, miro la exposición de turno, me siento en la banca, dejo volar mi mente… y miro el reloj, y miro el reloj, y miro el reloj. ¡¡¡Quiero los libros!!! … o los necesito. Hago fila donde me toca. Doy mi número. El señor busca. “En cinco minutos” ugh.. no calculé lo suficiente… esperaré. Miro los cuadros sin ponerles cuidado, recorro la sala, miro más que todo a la gente, me pregunto qué sería estar aquí con una buena compañía… Siempre me hago la misma pregunta. ¿Qué veríamos? ¿Qué pensaríamos? ¿De qué hablaríamos en la espera? ¿Nos arriesgaríamos a probar hormigas santandereanas en la tienda del letrero “sí hay hormigas” por el camino? ¿Preguntaríamos por miel de abejas en la botica antiquísima del frente, tal como hizo Kitty esa primera vez? … Pasa el tiempo. Es hora. Tiene que ser hora. Hago fila. Doy mi número. “¿Sólo un libro?” “Sí.” “Ya le doy su recibo.” Lo tomo. Salgo de la biblioteca, pasando por el incómodo ritual de la requisa… y vuelvo poco a poco a la realidad, pensando en el hogar que me espera y en todo lo que el libro que acuno como a un niño querrá decirme… y ese pequeño lapso casi irreal se va mezclando poco a poco con la realidad. Para el momento en que llego a la Jiménez y corro a alcanzar el Transmilenio que se aproxima a la estación Museo del Oro, todo vuelve a ser lo mismo, sólo que mi corazón alberga una extraña sensación de alegría y cansancio.

SUENA: Ain’t That a Lot of Love — Simply Red

Al extremo de la península Kamchatka

Es un buen título… Kamchatka es una península del tamaño de las islas del Japón, tiene muchos volcanes activos como el Klyuchevskoy, rastros de taiga y muchos osos.

Siempre quise decir lo que voy a decir, o no siempre sino desde que me acribillaron por hablar de Rayuela en la página de Miguel. Lo he venido pensando tanto que decidí que lo mejor es hablarlo y hablarlo y hablarlo, sin adornos ni nada, sin pensarlo casi. Quiero aclarar que la culpa no la tiene Cortázar ni su obra. Ellos están muy bien, el señor es uno de los mayores representantes de la literatura latinoamericana, estudioso del cuento, en fin, no le reprocho nada. La culpa la tienen los que del pobre Cortázar hacen un dios cuya palabra se ha de propagar a los fieles del mundo por medio de las Sagradas Escrituras de la sacra Rayuela. Rayuela no es el único libro que hay que leer y después del cual uno a) puede morir en paz o b) trasciende a la siguiente esfera existencial. No ver en Rayuela un modelo de vida no es signo de un bajo coeficiente intelectual o falta de sentimientos, no querer ser La Maga no es sinónimo de ser menos mujer. Tampoco están hechos los libros para citarlos a diestra y siniestra y pensar que al citar las ideas son propias, ergo creer que citando se es mejor que los demás porque se alardea de haber leído el magno libro de libros.

Rayuela es un libro. Un buen libro, no lo niego, pese a que me abrumó y lo mandé lejos. Pero es un buen libro entre muchos buenos libros que se leerán tarde o temprano. Cortázar es un excelente escritor. Me gustan sus cuentos. Pero no es el padre de la vida intelectual moderna. No pensar sobre el autor y su obra como todos los demás piensan no es razón para morir. No temáis discrepar… no por eso seréis menos intelectuales, o menos personas. De opiniones chocantes están hechas las buenas discusiones.

Listo. Lo que tenía que decir está dicho y lo que de allí provenga ya no me importa. Goodnight.

SUENA: City Love — John Mayer

Par les yeux du malheur

En el camino más desgastado encontré a la Infelicidad, con sus ojos de serpiente y sonrisa lastimera. Cuando volteé una esquina y me lancé a correr (para huir de ella, quise explicar a los demás), me di cuenta de que su grotescamente hermosa faz había quedado impresa en mí. No había sido necesario nada más, ni siquiera haberle dicho “hola”.

Mañana en la mañana, cuando vuelva a recorrer ese camino, vendrás hacia mí sin saber, nos cruzaremos silenciosos y en la siguiente esquina correrás desesperado. Quiero oírte cuando les cuentes a todos tus amigos que en el camino más desgastado encontraste a la Infelicidad.

Y quiero verlos a ellos corriendo sin rumbo, espantados por tus ojos de serpiente y sonrisa lastimera.

SUENA: No Such Thing — John Mayer

Qué horrible sensación la de haber tenido una idea y haberla perdido, y haberla perseguido y perseguido pero… agh, se desvaneció en el aire.

Tocará esperar a que venga otra.

La isla, esbozo

Mujer consigue casa solitaria

Casa encuentra vecinos

Vecinos se unen y dueña de casa se siente feliz

Casa = compañía

Al frente de la casa sale un charco

Dueña de casa tiene que cruzar el molesto charco para hablar con vecinos

Charco crece

Charco se convierte en riachuelo

Dueña de la casa se siente confundida

Riachuelo rodea casa, curiosamente

Riachuelo crece

Dueña requiere de balsa para cruzar y hablar con vecinos

Río crece

Río se mezcla con agua de mar

Casa se convierte en isla con vista a vecindario

Dueña de casa desea hablar con vecinos pero ya no tiene balsa para cruzar el mar

De vez en cuando, vecinos salen y hacen gestos con la mano para saludar

A veces vecinos la invitan a visitarlos pero ella ya no tiene balsa

Casa = soledad

Tal vez dueña decida partir nadando hacia otro lado

O tal vez isla se aleje hasta perder vecinos de vista

Tal vez vecinos nunca recuerden haber tenido vecina ni isla cercana

Vecinos serán felices como siempre lo fueron

Dueña de isla seguirá a la deriva

Tal vez casa jamás pudo negar su esencia: era una isla.

SUENA: Big Yellow Taxi — Counting Crows & Vanessa Carlton

Olavia Kite, the Animated Series

Mi hermana dice que ésta es mi versión animada:

¿Ustedes qué opinan?

SUENA: Angel — Sarah McLachlan

El descubrimiento que alegró mi día

¡Este hombre



ES MI VECINO!

Y descubrirlo es lo mejor que me ha podido pasar en 19 años de vida sosegada en el Lejano Occidente.

SUENA: Rock Your Body — Justin Timberlake