Un sueño de solo palabras:
“Necesito reinventarme. La reinvención empieza por arreglar mi cuarto”.
De mi cabeza a su mesa.
Un sueño de solo palabras:
“Necesito reinventarme. La reinvención empieza por arreglar mi cuarto”.
Blackadder, comentarios sobre el final de Blackadder que yo no había visto. Blackadder, Blackadder, Blackadder.
Iba a Cartagena y me encontraba con una traductora, unas ex compañeras de colegio y unas personas de India. Una de mis ex compañeras (Rodríguez) me contaba algo sobre otra (la otra Rodríguez), pero yo no entendía qué. Yo le contaba los sueños que había tenido en la noche, aunque no sabía que este era otro:
Presenciaba peleas entre samurais. Creo que había puestos de ventas alrededor; estábamos en un recinto cerrado. Se mencionaba la palabra チャンバラ (“chambala”, pelea de espadas). Aparecía Cavorite por una ventana, esperándome para salir a pasear.
Estaba metida dentro de una película protagonizada por el señor que hace de Wolowitz en TBBT. En la película él y una señora estaban de luna de miel pero estaban en un motel muy horrible donde les hacían comentarios sexuales muy baratos —usando la palabra “tatty” para referirse a los interiores de la mujer (la película era en inglés)— y les llenaban un sleeping bag de huevos pericos. Esencialmente era un poco difícil para ellos consumar su matrimonio con tanta cosa que supuestamente estaba encaminada a estimularlos pero los apagaba.
En algún momento me empezaba a rascar yo el centro del pecho, donde está el lunar. El lunar crecía y de repente lo arrancaba. No dolía, pero tenía el lunar en la uña y en el pecho me quedaba un cráter. Poco tiempo después aparecía una manchita negra en el centro de la cicatriz gigante, como si me fuera a salir un nuevo lunar. Era desagradable saber que me lo había quitado así.
Muchas cosas inconexas:
Tiraba con un contacto de Internet. Después yo ayudaba a pasar espadas de un lado a otro. Eran pesadas.
Minori era un gran hacendado y yo me estaba quedando en su castillo japonés. Estaba ayudando a servir la sopa para sus invitados (era un gran banquete) cuando empezaba a decir que la peor mujer era la latinoamericana. “Worse than a servant, she’s a harlot”. Yo me enfurecía porque sabía que lo decía por mí y nuestra ruptura. Le gritaba que no había necesidad de desahogarse así por algo del pasado y le echaba la sopa encima. Me quería ir de ahí. Él se vestía con un uniforme de kendo y salía a perseguirme con una katana para matarme. Yo me escondía en el clóset del cuarto de huéspedes. Pasaba mucho tiempo. Me preguntaba qué se sentiría morir en un sueño. Yo sabía que estaba metida en el armario pero veía lo que pasaba por fuera, Minori y sus hombres buscándome. Minori decía que lo más probable era que yo hubiera cogido un taxi para irme. Entonces yo ya no era yo, sino que la escondida era una japonesa. Por un momento Minori buscaba a la enemiga en el cuarto de huéspedes pero no en el clóset. Yo entraba a fisgonear la escena y me daban la bienvenida como a un invitado más. A la japonesa le daba un antojo enorme de unas longanizas que preparaba Minori y se salía de su escondrijo. Minori y todos sus invitados estaban en un picnic al aire libre y Minori se ponía a practicar tiro con un arco y flechitas pequeñitas. Las flechas le daban a la japonesa, que estaba trepada en un árbol. Caía pesadamente al piso.
Ese debía ser el fin de la obra en la que estábamos porque Minori me llamaba para hacer la venia.
Después veía a una mujer en un concurso de canto, pero Celine Dion le decía que cogiera seriedad. Entonces ella aparecía subida de un trapecio y se tiraba de ahí, instantáneamente deshaciéndose como si allá arriba hubiera agua iluminada de color verde manzana y ella estuviera hecha de tierra y palitos.
Tiraba con dos viejas. Una tenía un piercing en el clítoris. Era impresionante verla sacándoselo.
Me habían filmado para una película (con parlamento y todo), pero me daba cuenta de que habían borrado todas las escenas donde salía yo. Creo que también actuaba Lucy Liu. Yo debía entrar a un cuarto y escandalizarme por pillar a un tipo en la cama con otra vieja (¿Lucy Liu?). Le gritaba al tipo en francés. Buscaba desesperadamente el equivalente en francés de “empero”.
Me encontraba con N.R., compañera del colegio. Le decía que venía de “cerca de El Dorado” y que había estudiado con ella. Se sorprendía y alegraba de verme pero no daba con mi nombre.