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  • Archive for June, 2015


    2015 - 06.25

    Había una casa de juegos abandonada, medio oscura y un poco tenebrosa, que yo recorría con alguien. Pero creo que se hacía énfasis en que no era nada de terror. Igual me llamaba la atención todo lo viejo, como de los años 20, ahí decrépito pero aún funcionando.

    En otro momento, estaba en una piscina con la hija de j. Le estaba enseñando a flotar pero ella siempre se hundía. Sin embargo, nunca se ahogaba; solo terminaba caminando en el fondo del agua hasta que yo la sacaba y nos reíamos. Se la entregaba a j. Él me daba un beso.

    De repente estaba en Japón, con Azuma. Estábamos comiendo bento, pero el mío tenía todo envuelto en plástico y era muy incómodo desenvolver el arroz y lo demás. Pensaba que había olvidado avisarles a Hazuki y Arisu que estaba acá, pero aún tenía un poquito de tiempo para verlas.

    Salíamos a una calle y encontrábamos a un señor paseando perritos. Esto ya no era Japón. Algunos de los perritos tenían una enfermedad que los hacía ver abultados como un brócoli. Uno de ellos también estaba perdiendo el pelaje. Les trataba de tomar fotos con el celular pero por alguna razón se me dificultaba.

    Entraba a un recinto oscuro con unos familiares y seguía tratando de tomar fotos. Al revisarlas, me daba cuenta de que había pasado por la cama de mis abuelos maternos y ahí estaban. Me devolvía para saludarlos, primero a mi abuela y luego a mi abuelo. Mi abuelo me contaba que estaba muy bien, muy cómodo, que tomaba té tres veces al día. Estaba sonriente.

    Me desperté preguntándome en qué andaría mi abuelo. Luego me acordé de que está muerto.


    2015 - 06.24

    Llegaba a la Universidad de Los Andes a hacer un trabajo de interpretación. Esperaba a que dieran las diez para entrar al auditorio, pero de repente eran ya las tres. Me helaba del pánico de haber perdido el trabajo. Pero de repente, todavía estaba a tiempo. Subía escaleras buscando la cabina de interpretación hasta que por fin alguien me señalaba dónde quedaba. Era un cuarto amplio con una mesa tirada por ahí con un micrófono. Sin técnico de sonido, no tenía manera de saber cómo funcionaba eso. Aparecía gente a mi alrededor haciendo ruido. Yo intentaba ponerle mute al micrófono para pedirles que se callaran pero no lo lograba, así que toda la audiencia me oía insultarlos. Para colmo, intentaba interpretar pero solo lograba repetir lo que el orador estaba diciendo.


    2015 - 06.23

    Me enteraba de que si uno empezaba un trámite de inmigración conyugal ahora mismo, obtendría el permiso de instalarse en Estados Unidos en 2024. Teniendo en cuenta eso, ¿cuándo iríamos a estar juntos Cavorite y yo, que aún estábamos lejos de dicho trámite?

    Tenía unas estampillas del mismo material de las tarjetas de los buses. Según la denominación, el tamaño era mayor o menor, y si uno las coleccionaba podía completar una imagen como en un rompecabezas. También había otras estampillas, navideñas, que eran stickers y alguien se las había pegado en un saco. Yo estaba brava porque ahora estaban llenas de pelusa y no se podían pegar en cartas de verdad.

    A pesar de lo divertido de las estampillas, me desperté con una desazón terrible.


    2015 - 06.21

    Me iban a operar la rodilla. La operación iba a ocurrir en un anfiteatro, junto con muchas otras. Alcanzaba a ver en una pantalla a un intérprete simultáneo con unos audífonos antiguos (el señor mismo parecía sacado de los años 70). Me sentaban en una especie de silla de odontólogo y me inyectaban algo en el codo (metían la jeringa y la movían por dentro) y luego me dejaban conectada al suero con la aguja que le ponen a uno en el dorso de la mano. Yo empezaba a quedarme dormida, pero no sabía si era porque no estaba pasando nada o porque ya me iban a operar. Pensaba que ahora iba a tener una cicatriz en la rodilla. Me la miraba y tenía ya un hueco. De repente me preguntaba si no sería que esto era un sueño porque lo que yo necesito no es cirugía sino fisioterapia.

    Estaba enseñando en un colegio y por haberme ido a operarme la rodilla había dejado el teléfono en una mesa de la cafetería. Lo encontraba donde lo había dejado, pero los niños lo habían rayado todo con algo filudo: no solo eran rayones sino que además había mensajes de odio con sus firmas. Iba a la rectoría a quejarme y aclaraba que los mensajes hablaban de “white privilege” siendo que “I’m not even white”.


    2015 - 06.09

    Corría una maratón. Estaba entre los dos primeros. No podía creer que pudiera correr tanto. El otro favorito era un japonés y queríamos ir juntos, que nadie llevara una gran ventaja. No era muy claro por dónde había que correr. El japonés tenía que detenerse un rato porque necesitaba un trípode para su cámara. Muchos fans le ofrecían trípodes. Me decía que siguiera pero que lo esperara al final.


    2015 - 06.08

    Entraba a una sala que era al mismo tiempo un baño, con un estante que tenía varios libros de David Sedaris. Quería comprar uno por las ilustraciones de la portada, pero se veía bastante grande y pesado. Pensaba que era mejor no encartarme con todo ese peso.


    2015 - 06.06

    Subía una montaña con mucha gente pero había una parte que siempre tenía avalanchas cada vez que yo intentaba escalar. Había árboles con flores bonitas, como tulipanes africanos enanos. La gente subía y volvía y hablaba de su grata experiencia, pero yo nada que lo lograba. Cuando ya nos teníamos que ir de ese lugar, entendía que yo no necesariamente tenía que seguir el mismo camino de los demás para llegar a la cima.

    Manuel Gómez Burns se enojaba conmigo y no me quería contar algo que le había pasado.


    2015 - 06.01

    Estaba volviendo a la casa y pasaba al lado de un padre y su hija (que tendría por ahí mi edad). La hija le decía al padre que estaba muy pero muy contenta de que él se fuera a vivir a Japón. Yo pensaba que después del sueño de la noche anterior (supongo que eso sería “anoche” en la realidad del sueño) y mi episodio en Kinokuniya (el cajero me había empezado a hablar en inglés pero cambió a japonés apenas vio que llevaba libros en ese idioma), esta era una especie de tercera señal positiva o algo así. Llegando a la casa, veía cómo detenían a unos atracadores que iban a apuñalar a alguien.