Volvía a Guam con mis papás. Andábamos por caminos que yo había dejado a medias cuando había ido sola por primera vez. Llegábamos a una choza donde nos ofrecían comida típica. También montábamos en una camioneta que podía subir por pendientes completamente verticales porque tenía una especie de llantas cuadradas que funcionaban como las bandas de desplazamiento de los tanques pero con agarre. Era sorprendente.
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Mis papás y yo íbamos a Villa de Leyva. Teníamos un guía, que era Jesús Cossio. Jesús nos anunciaba que ya era hora de volver a Bogotá, pero mis papás tenían entendido que la partida iba a ser más tarde y se enojaban con él. Yo buscaba un baño desesperadamente por muchas callecitas y negocios. Brillaba un fuerte sol de atardecer. Por fin encontraba uno pero me lo intentaban arrebatar y además su uso costaba 5 pesos. Yo solo tenía monedas de 2 y 7 pesos y de todas maneras no pagaba porque entraba de una. Luego salía corriendo por un camino lleno de sapos. Accidentalmente pisaba algunos, pero no me detenía a mirar cómo habían quedado.
Varias conocidas mías se habían reunido para salir a una piscina a nadar. Estábamos todas en la sala de una casa y ellas se estaban alistando pero no me habían invitado. Cuando ya iban a meterse al carro se daban cuenta de que yo iba a quedar sola y cómo iba a echar llave al irme después que ellas. Sin embargo, pronto encontraban una manera y yo seguía sin ser invitada.
De repente estaba en un Daiso gigante en Bogotá. Yo estaba muy feliz de que hubiera almacenes japoneses acá, y con el mismo diseño.
Keita estaba comiendo unos pastelitos picantes e insistía en que los probara. El que los vendía era mi profesor Lambert, quien bromeaba como intentando venderme los no picantes pero al fin sí me daba los que eran. De repente estaba sobre la pista de un aeropuerto peruano, y luego en un avión a punto de despegar: un vuelo doméstico. La pista era una pendiente y el despegue era muy peligroso porque la gravedad era la que daba el impulso pero no era fácil de controlar ni de levantar vuelo en el momento preciso.