Veía gente danzando a lo lejos, en un valle. Estaban vestidos de rojo. Le preguntaba a Cavorite cómo se llamaba su maestría. De pronto, Azuma estaba dibujando sobre mi tapete absorbente de calor para el computador y hablando del niño con el que estaba saliendo. Entonces yo me daba cuenta de que había retrocedido en el tiempo, porque ese hombre ya no tenía por qué estar en el panorama.
Archive for July, 2011
En un parque en Nueva York había un edificio muy viejo que tenía un ascensor. Si uno subía podía ver el paisaje lunar. Alguien dudaba de la belleza de dicha vista, lo cual me daba rabia. Al parecer yo iba a hacer un viaje junto a un grupo de personas partiendo desde el parque. De repente resultaba que j. también iba a participar. Aparecía con la esposa y yo salía corriendo, me negaba a saludar del puro miedo. La esposa, empero, era muy amable, e insistía en darme un apretón de manos.
Iba a tocar ukulele en una fiesta muy elegante a la que llegaba sin maquillarme. Baby Spice también iba al natural, pero ella se veía hermosísima mientras que yo dudaba de la efectividad de mi look.
Volvía a la Universidad de Tsukuba. Era un campus hermosísimo, lleno de edificios impresionantes y cerezos en flor por doquier. Pensaba que cuando yo estudiaba ahí las instalaciones eran mucho más feas. Entraba a un edificio para tomar una clase con un señor igual a Ian Holm, pero el profesor nos informaba muy airado que le habían cancelado esa clase.
Ayudaba a alguien a buscar sal en un supermercado japonés. Me angustiaba pensar que no sabía cuándo podría volver a estar allí. Por accidente escogía un paquete de mezcla para tempura y un japonés le señalaba mi error a la otra persona. Seguíamos buscando, yo un poco afanada, y en la sección de mariscos y carnes encontrábamos que estaban filmando una película. Una rubia crespa le decía al actor horroroso que hace de Arthur en el remake que era una serpiente fantasía sexual. El actor tenía unos calzoncillos horribles, una versión aguamarina de los de Sean Connery en Zardoz. Alrededor había patas de cangrejo gigantes. De repente ya no estaba en el almacén sino en un cuarto, creo, y un amigo mexicano me pedía ayuda. Yo lo aconsejaba. Creo que varias personas íbamos a salir a la calle. Entonces me llegaba un mensaje de j. diciendo que, en parte por celos, iba a contestarme una pregunta en Formspring. El asunto iba a que debía dejar de darme tanto palo.
Cogía un taxi hacia un bosque, no sé para qué. Cuando llegaba, j. estaba ahí con su esposa. Decidía devolverme y estaba a punto de pedirle al taxista que me llevara otra vez, pero j. se me había adelantado y ya lo había contratado. Les daba la espalda y empezaba a irme sin despedirme, aunque no me movía lo suficientemente rápido. El taxi resultaba ser solo para la esposa y j. se quedaba ahí. No sé qué nos decíamos. Yo estaba furiosa y triste.
Después estaba con mi hermana en un almacén de ropa y llevábamos puestas chaquetas deportivas (la de ella era lila con rayas moradas) que nos estábamos midiendo y al fin no comprábamos.
Veía el video de un concierto de Los Toreros Muertos en Colombia en 1986. Me enteraba de que el gobierno colombiano creía que Pablo Carbonell tenía un plan para asesinar al presidente.
Tenía que salir y les mostraba a las personas con las que estaba que el paisaje alrededor era una Rusia falsa. Para efectos cómicos, quienes habían creado este escenario habían puesto casas sin ventanas y edificios al revés. Los letreros, además, estaban en inglés.
Estaba en un paseo en bus en Japón, creo que con las niñas del curso. Parábamos en un minimercado. Me pasaba el tiempo buscando bizcochos de sal, pero solo había senbei. Quería conformarme con uno de kinako, pero solo aparecían variedades raras que quién sabe si sabían rico y pescado deshidratado. No tenía muchas ganas del segundo.
De repente estaba en China sola, visitando un templo que poco a poco se iba quedando a oscuras mientras escuchaba una canción recitada de Sandro. Luego sonaba una canción de pop que decía “I want a one-night stand”. Iba a tomar una foto pero me daba cuenta de que llevaba la cámara vieja y no podía. Pensaba que no sabía dónde tenía el tiquete del bus que debía tomar para ir al aeropuerto y volar de regreso a Japón.
- Caminaba por calles sucias y atestadas de gente en Bogotá con j. Nos montábamos a un bus. El paisaje parecía más de París que de Bogotá. j. se lamentaba de no poder recorrer más esas calles debido a la inseguridad. Yo lo miraba. Tenía el pelo un poco largo y la cara afeitada. Le decía que se veía muy bien.
- Mi jefa y yo estábamos en un almacén. Me regañaba. Luego tomaba unas páginas del periódico, las leía y las dejaba caer. Yo corría angustiada a recibirlas antes de que tocaran el piso y las acomodaba de nuevo en su sitio.