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    2017 - 06.23

    Mi hermana y yo compartíamos un espacio para vivir en un mundo distópico donde nos filmaban y observaban. De repente aparecía j. Como mi hermana estaba afuera, lo conducía a la cama que ella y yo compartíamos y ahí nos acostábamos y nos mirábamos pero no nos atrevíamos a mucho más. Máximo llegábamos a abrazarnos. Cuando mi hermana llegaba, nos encontraba abrazados. Yo lo llevaba a un sofá en la parte más alejada del espacio. El espacio no era encerrado, sino que era como un segundo piso en un hall muy grande, con barandas en vez de paredes. Había una sola pared entre la cama y el sofá, más o menos, y yo quería llevarme a j. allí pero había más gente observando. No sé por qué nos observaban. Mi hermana me decía que hiciera lo que quisiera (o sea, que podía volver a la cama) pero que tuviera en cuenta que él estaba muy desaliñado. Finalmente j. y yo tratábamos de escapar pero nos disparaban desde las montañas. Quedé confundida al despertar porque j. y yo ya no hablamos en la vida real pero esto se sintió como un encuentro real con un sentimiento que quedó enterrado hace años.


    2016 - 02.15

    Estaba en Japón, como de vuelta en el tiempo, estudiando japonés en Gaidai. Por alguna razón los mongoles y vietnamitas se iban a ir del curso antes que todos los demás. Me desperté con la sensación de haber soñado (probablemente soñé esto antes de lo de Gaidai) que me daba besos con alguien, pero era un alguien muy específico. Pensándolo bien, era j.


    2015 - 06.25

    Había una casa de juegos abandonada, medio oscura y un poco tenebrosa, que yo recorría con alguien. Pero creo que se hacía énfasis en que no era nada de terror. Igual me llamaba la atención todo lo viejo, como de los años 20, ahí decrépito pero aún funcionando.

    En otro momento, estaba en una piscina con la hija de j. Le estaba enseñando a flotar pero ella siempre se hundía. Sin embargo, nunca se ahogaba; solo terminaba caminando en el fondo del agua hasta que yo la sacaba y nos reíamos. Se la entregaba a j. Él me daba un beso.

    De repente estaba en Japón, con Azuma. Estábamos comiendo bento, pero el mío tenía todo envuelto en plástico y era muy incómodo desenvolver el arroz y lo demás. Pensaba que había olvidado avisarles a Hazuki y Arisu que estaba acá, pero aún tenía un poquito de tiempo para verlas.

    Salíamos a una calle y encontrábamos a un señor paseando perritos. Esto ya no era Japón. Algunos de los perritos tenían una enfermedad que los hacía ver abultados como un brócoli. Uno de ellos también estaba perdiendo el pelaje. Les trataba de tomar fotos con el celular pero por alguna razón se me dificultaba.

    Entraba a un recinto oscuro con unos familiares y seguía tratando de tomar fotos. Al revisarlas, me daba cuenta de que había pasado por la cama de mis abuelos maternos y ahí estaban. Me devolvía para saludarlos, primero a mi abuela y luego a mi abuelo. Mi abuelo me contaba que estaba muy bien, muy cómodo, que tomaba té tres veces al día. Estaba sonriente.

    Me desperté preguntándome en qué andaría mi abuelo. Luego me acordé de que está muerto.


    2013 - 04.05

    Hablaba por Gtalk con j. No peleábamos. Nos contábamos cosas chistosas.


    2012 - 10.26

    Aparecía j. en Skype y me decía que me quería. Me decía otras cosas pero no podía oírlo bien porque estaba en un lugar ruidoso. Me iba a un cuarto vacío. Acercábamos nuestros labios a las pantallas de nuestros computadores y sentíamos que nos besábamos. Yo intentaba tocar “Everybody Hurts” de R.E.M. para él en el ukulele pero donde él estaba había otras personas que podían oírnos y apenas escuchaban la primera nota creían que iba a tocar el Ave María, entonces empezaban a cantar.

    Estaba en un bosque y hablaba con Diego R. de bicicletas. Luego me llamaba Gazapos desde Nueva York y conversábamos mientras yo miraba unas flores parecidas a los cerezos pero que crecían en arbustos.


    2012 - 08.21

    Estaba hablando con un contacto de Internet. Me pedía que le hiciera una intervención, yo le preguntaba qué rayos significaba eso, parecía que era como que le enseñara algo. Llegaba j. y los tres nos poníamos a hablar. Yo me iba de repente porque recordaba que tenía que buscar mi revista Los Monos de 1990. La encontraba fácilmente en el cuarto de mi hermana. Volvía al grupo y el contacto nos contaba que tenía un llavero que era un frasco con pepitas de sangre, “lakshmi” y otra sustancia vuelta pepita. Al parecer estaba de moda andar con eso. En mi boca sentía el sabor ácido de la sangre hecha polvo y el polvo hecho bolitas o el lakshmi que quién sabe qué sería. Era una sensación desagradable, sabiendo lo que era.


    2012 - 06.23

    Había una fiesta familiar en casa de mi abuela paterna y quién sabe por qué razón j. y la esposa habían sido invitados. Me incomodaba y entristecía mucho su presencia. La esposa era queridísima y muy chistosa pero yo con j. no quería hablar. Iba a ir al baño y j. me pedía que habláramos pero yo lo ignoraba. Finalmente me tocaba hacerle caso y él me hacía preguntas muy técnicas sobre música de ukulele. Yo le decía (con mala cara) que no tenía ni idea de lo que me estaba diciendo porque yo había aprendido a tocar de oído.

    Mis amigas del colegio y yo estábamos en un lugar muy remoto de Colombia. Al parecer estábamos con unos guerrilleros. Yo tenía miedo porque antes había trabajado traduciendo para funcionarios de la Embajada de Estados Unidos y no quería que supieran. Aparecían los militares, nos rodeaban y disparaban cañones de ruido hacia todas direcciones. Nos llevaban a un puesto de control donde nos tocaba mostrar nuestros pasaportes y hacernos un “carné de territorialidad”, que era un papel rosado. Resultaba que yo ya tenía uno por haber estado en parques naturales.


    2012 - 04.06

    La esposa de j. y yo subíamos y bajábamos las escaleras de una casa enorme de muchos pisos. Ella llevaba ropa casual con pegotes de detergente aquí y allá mientras que yo iba muy elegante. No hablábamos. Solo subíamos y bajábamos. Yo tenía la certeza de que j. la había elegido a ella por hacendosa.

    De pronto, un avión de alas plegables en un cuarto pobremente iluminado, relacionado no sé con qué.


    2011 - 11.28

    Veía a j. frente a mí, pero no era como si estuviera realmente con él. Una voz me decía que las despedidas no necesariamente son para siempre, y que tal vez algún día nos reencontraremos.


    2011 - 07.28

    En un parque en Nueva York había un edificio muy viejo que tenía un ascensor. Si uno subía podía ver el paisaje lunar. Alguien dudaba de la belleza de dicha vista, lo cual me daba rabia. Al parecer yo iba a hacer un viaje junto a un grupo de personas partiendo desde el parque. De repente resultaba que j. también iba a participar. Aparecía con la esposa y yo salía corriendo, me negaba a saludar del puro miedo. La esposa, empero, era muy amable, e insistía en darme un apretón de manos.