Tomás me escribía que medía 2,10m. Yo pensaba responderle que tan chévere ser tan alto, que yo solo mido 1,68m. Iba caminando hacia la casa de mi abuela paterna y de pronto no podía caminar porque me faltaba voluntad, me costaba muchísimo poner una pierna frente a la otra. Iba caminando con algunas amigas, y quería mostrarles una parte del camino donde se veía el mar. Llegábamos ahí pero ellas no estaban interesadas y se perdían el paisaje. De pronto veía en televisión que la basketbolista del curso había perdido la competencia olímpica de natación y se ponía muy brava porque lo suyo no era la natación sino el basketball.
2013 -
03.10