Estaba a punto de abordar un avión para ir a Japón pero estaba mirando libros para niños en el aeropuerto. Creo que no encontraba mi pasaporte y además deambulaba por muchos pasillos. De repente estaba en una biblioteca enorme con estantes altísimos donde alquilaban no solo libros sino también útiles de manualidades. Yo estaba buscando emocionada algo que llevar pero no sabía a qué manualidad podría dedicarme ni qué libro leer. Había un grupo de gente haciendo mucho alboroto porque querían comparar la literatura rusa del siglo XIX con The Hunger Games. Estaban que se rapaban libros con ilustraciones de cascanueces porque creían que ofrecían pistas ocultas para entender la serie.
2012 -
05.09