Peter Serafinowicz y yo nos amábamos, pero ambos estábamos en silla de ruedas. Yo pensaba que menos mal no estaba paralizado de la cintura para abajo porque eso afectaría su desempeño sexual. Por mi parte, yo podía levantarme y caminar poquito con mucho esfuerzo. Resultaba entonces en un museo que tenía una exposición de altorrelieves de flores que al mismo tiempo eran vulvas.
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