Cogía un taxi hacia un bosque, no sé para qué. Cuando llegaba, j. estaba ahí con su esposa. Decidía devolverme y estaba a punto de pedirle al taxista que me llevara otra vez, pero j. se me había adelantado y ya lo había contratado. Les daba la espalda y empezaba a irme sin despedirme, aunque no me movía lo suficientemente rápido. El taxi resultaba ser solo para la esposa y j. se quedaba ahí. No sé qué nos decíamos. Yo estaba furiosa y triste.
Después estaba con mi hermana en un almacén de ropa y llevábamos puestas chaquetas deportivas (la de ella era lila con rayas moradas) que nos estábamos midiendo y al fin no comprábamos.