Estaba en el colegio. Me habían puesto de tarea componer una canción, pero yo no me acordaba. Una compañera me preguntaba que si había hecho la tarea. No. ¡Pero si queda media hora para la clase! Entonces perderé la clase. Me sentaba y en muy poco tiempo hacía una melodía. Aparecía Lynn y yo le mostraba cómo en menos de media hora había logrado componer algo. “Soy un genio”, remataba.
2011 -
04.01