Estábamos en un supermercado Azuma, Yin y yo. Encontraba un paquete de guayaba y pitahaya: obviamente lo compraría. Me aperaba de frutas. Llegaba a la caja. Estaba bastante lleno el lugar y no era muy claro en qué orden atendían. Los encargados eran colombianos, o al menos latinos. El cajero que me atendía me decía en japonés que la cuenta saldría un poco cara, que si estaba bien (宜しいですか). Me extrañaba que me preguntaran eso pero me parecía bastante considerado, dado que eran ¥4000 solo por estas frutas y algunas otras golosinas extranjeras. Miraba en mi billetera y me daba cuenta de que solo tenía ¥2000. Por un momento creía que además tenía un billete de ¥5000, pero lo sacaba y eran pesos argentinos. Le decía al dependiente que por favor me esperara mientras iba al cajero automático a sacar plata.
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