Mi apartamento en Tsukuba, un lugar grande, oscuro y con escaleras de madera, daba contra un campo inmenso y vacío. Era un día soleado. Por el aire volaba una especie de zeppelin de forma fálica de papel brillante morado (como el de las bombas de feliz cumpleaños). Estaba asomada a la ventana junto a alguien y lo veía caer sobre el campo. Se inflaba y explotaba, despidiendo cientos de condones por todos lados. Yo no me inmutaba. Sabiendo que cualquier posibilidad de sexo en mi vida se encontraba reducida a cero, no hacía nada por tomar ninguna de aquellas muestras gratis. De todas maneras caía un sobre de muestra de lubricante sobre el alféizar. Leía la etiqueta: había sido fabricado en un laboratorio de Loras College. Lo guardaba en una estantería de libros muy oscura ubicada al lado de la ventana.
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