Llegaba a San Francisco pero me daba cuenta de que en el afán de la salida había olvidado mis dólares y mis gafas. Solo tenía por casualidad un billete de cien dólares que iba a usar en la compra de un paquete de Doritos de pimentón (en la caja me daba cuenta de que había dejado la plata). Luego iba a ver una obra de teatro antes de que Cavorite me recogiera en el aeropuerto. Las sillas eran colgantes y se desplazaban a lo largo de la obra. Uno de los actores era el malo de George of the Jungle. Yo veía borroso y lamentaba la falta de mis gafas y de mis gotas para la resequedad ocular. Después sonaba “Wallflower” de Priscilla Ahn como tema de campaña de un tratamiento para la timidez.
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