Cerca de la casa había un lugar muy agradable con terraza para comer, y yo no me había dado cuenta. Estaba en una caminata por el barrio (hasta Alamos) cuando lo encontraba. Había un atardecer hermoso, era un clima perfecto para comer en ese sitio (iba a decir “nuevo” pero el lugar se notaba que había sido abierto en los 70 u 80). Luego iba volviendo a la casa, mientras caía la noche, y paraba por una droguería, pero la cerraban justo cuando empezaba a curiosear por ahí. Me daba cuenta de que en la calle principal del barrio había muchos restaurantes interesantes que solo abrían en la noche. Paraba por un puesto de un señor de Estados Unidos que vendía camisetas. Quería recomendarle que las vendiera más baratas por la devaluación del peso. Hablábamos en inglés. Pero yo quería una porque tenían dibujos de cómics relacionados con ciencia. Miraba y miraba y miraba camisetas, una tras otra las iba sacando el señor, pero nada que aparecía una de mi talla y el color que quería. Finalmente le decía que estaban demasiado grandes y seguía mi camino hacia la casa.
2016 -
03.05