Tenía un profesor de portugués que me estaba cayendo. Éramos varias personas pero a todas se les hacía obvio que él estaba detrás de mí. Estábamos en un paseo y nos tocaba en el mismo cuarto. Yo pensaba que todos debían creer que estábamos teniendo un cuento pero yo no era que tuviera muchas ganas. Igual estaba lindo. Creo que se parecía a alguien que conozco, alguien con quien ya pasó algo hace mucho tiempo. Él intentaba compartir una cama doble conmigo, pero yo muy casualmente me pasaba a una sencilla que había al lado. Me deshidrataba y me empezaba a desvanecer. Estaba a punto de morirme. La cama estaba conectada a aparatos que podían suministrarme nutrientes, pero yo no hacía nada. Me estaba dejando morir. A último momento él se daba cuenta y activaba los controles de la cama para restablecerme.
En algún punto de todo esto, una compañera se enteraba de que yo sabía francés y a mí me daba pavor que me fuera a hablar. Quería decirle que puedo leerlo bastante bien pero lo hablo bastante mal.