Azuma se estaba quedando en mi casa, que era grande y rodeada por un bosque. Se lo presentaba a mi familia pero por miedo usaba su nombre anterior, que él también usaba en ese momento. Mi familia sabía quién era, así que usaban su nombre de ahora. Él se tenía que ir. Resultaba que estábamos en Tsukuba. Yo le decía que temía que jamás fuéramos a volver allá y que jamás nos fuéramos a volver a ver.
Tags: Azuma, cuestiones de género, familia, Japón