Estaba en Japón, en una estación de tren al norte de Tokio, tal vez por Saitama o Chiba. Estaba saliendo con un tipo muy alto pero me daba cuenta de que era gay. Les avisaba a unos amigos de él y él se me perdía en una tienda de Uniqlo dentro de la estación. Lo buscaba mientras pensaba que tal vez debería comprar algo de galguerías para la noche. De repente estaba con más gente y le pedía a una empleada que me trajera una paleta de fresa. Ella me traía una cosa horripilante y gelatinosa con pedazos como de piña. Toda pegachenta y disgustada, me encontraba una paleta de las que realmente quería. Por ahí aparecía el tipo con el que estaba saliendo. Alivio.
2014 -
03.21