Volvía a Guam con mis papás. Andábamos por caminos que yo había dejado a medias cuando había ido sola por primera vez. Llegábamos a una choza donde nos ofrecían comida típica. También montábamos en una camioneta que podía subir por pendientes completamente verticales porque tenía una especie de llantas cuadradas que funcionaban como las bandas de desplazamiento de los tanques pero con agarre. Era sorprendente.
2014 -
01.14