Vivía en un edificio que tenía un hueco que atravesaba muchos pisos hasta el garaje. Nadie había arreglado el hueco por pura negligencia, y ahora la putrefacción de las alcantarillas se estaba tomando todo el lugar.
Mi hermana y yo sobrevivíamos a una inundación. Íbamos en un carro que estaba llenándose de agua casi hasta el techo por una ola que nos había caído encima, pero yo lograba abrir una ventana mientras pegaba la nariz al techo y el agua salía. Luego el carro esquivaba un derrumbe causado por unos vecinos del lugar que le habían pagado a un niño para cerrar la vía para poder destruirla. Mencionaban que no les importaba si alguien pudiera necesitar la carretera. El carro daba unos giros muy violentos y llegábamos a una meta donde podíamos ver todo el paisaje destruido desde el aire (la meta quedaba cuesta abajo pero el punto de vista cambiaba). Resultaba que estábamos en una especie de Need for Speed. Revisaba mi celular y todavía tenía señal a pesar de la catástrofe. Qué buen servicio el de aquel país.
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