Estaba en un taller de cómic con unos japoneses, pero de repente me daba cuenta de que no llevaba ropa interior. Quería comprar una feísima pero pintada a mano por los que dictaban el taller, pero no me decidía entre seguir descubierta y ponerme algo tan feo. Nos tocaba salir y tomar un bus para una actividad al aire libre. El paisaje era una simulación de Tokio. Era espectacular.
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