Estaba en un edificio donde me encontraba a algunas compañeras del colegio. Una amiga era especialmente cariñosa conmigo. Paraba en un puesto de donas y pedía un café y una de mora, pero se olvidaban de mi orden. Finalmente (horas después) me daban una supuestamente de maracuyá pero que resultaba de chocolate. Estaba rica, pero no era la que yo quería. Salía corriendo y de repente caía en cuenta de que este era un sueño y yo podía hacer lo que quisiera, así que intentaba volar. Costaba un poco de esfuerzo, ya que para volar yo necesitaba creer que podía hacerlo, y era un poco difícil convencerme de ello. Al fin lograba flotar pero no podía dirigirme a ningún lado sin darme impulso poniendo un pie en una pared. De repente, dejaba de poder flotar y caía en picada sobre un depósito de chatarra. Me despertaba, pensando que menos mal sabía que era un sueño y podía controlar cuándo detenerlo. Sin embargo, el sueño seguía. Salía del edificio en el carro de alguien. Cruzaba cafés que me recordaban los cafecitos japoneses y pensaba que debía haber ido más a ese tipo de establecimientos. Se me aparecía un yate en el que alguien quería llevarme. Era todo blanco y yo pensaba que hubiera querido un yate de colores. Creo que me hablaban en italiano.
2012 -
10.01