Tenía un perro que parecía un ewok con el pelo en borlas. También tenía un conejo, pero un conejo gigante asesino lo requería en sacrificio y yo intentaba ahorcarlo con un cordón para ofrecérselo. Se requería fuerza para poder matarlo así, y yo al fin desistía. El conejo se convertía en french poodle. Creo que huía y yo quedaba solo con el perro ewok. El conejo asesino gigante también desaparecía por una puerta.
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