Estaba en un supermercado en Tsukuba. Lo habían ampliado, entonces yo no sabía dónde encontrar nada. Vendían coral cerebro para las ensaladas. Pensaba en comprar algas raras pero en realidad lo que quería era sushi, y nada que lo encontraba. Se me aparecía C., el otro becario, que estaba canoso y quemado por el sol. Se veía feísimo. Yo era amable con él porque tocaba. Me preguntaba si iba a estar en Japón a finales de julio, pero yo le decía que me iría para celebrar mi cumpleaños en Colombia. Seguía en las compras. Encontraba una sección de galguerías pero nada de sushi ni pescados ni nada. Me daban a probar unos nachos deliciosos con limón y a mí se me daba por hacer tacos. Me volcaba a comprar nachos de todo tipo, queso, y pensaba que necesitaba lechuga y crema agria. En la sección de los nachos había un karaoke y me invitaban a cantar. Solo había rancheras. Iba a cantar “Gaviota”, la canción de Café con aroma de mujer, pero me desperté antes de poder hacerlo.
2012 -
08.12