Mi hermana y yo estábamos en una flota. De repente yo recordaba que había dejado algo en otra flota que habíamos abordado antes. Me asustaba mucho, pero por ir a buscar lo perdido resultaba alejándome del sitio donde había dejado a mi hermana esperándome. El bus me dejaba en un paraje medio desértico con casitas. Una señora guiaba a otra, mexicana, que tenía dos niños. Yo medio los seguía, llorando. Caía en cuenta de que en realidad yo no había dejado nada en ningún lado, que lo había soñado.
Estaba entonces en un pueblo muy bonito con Azuma, recorriendo. No sabía en qué país estaba, aunque podría ser Argentina. Cuando ya nos íbamos a devolver se hacía claro que estábamos en Japón, aunque el sitio no se parecía en nada. Estábamos en una estación de tren. Una señora nos ofrecía Yukimi Daifuku de menta. Azuma compraba de una, pero yo dudaba. Mientras intentaba decidirme la señora empezaba a hablarnos en español. Creo que resultaba ser peruana. También resultaba ser trans.
A lo lejos Azuma creía ver a Yin, pero cuando se acercaba era una compañera del colegio. La saludaba y le preguntaba qué hacía en Mito, Ibaraki. Le contaba que alguien de nuestro colegio se había casado con un tipo feísimo. Luego recordaba que estaba hablando de su esposo. Llegábamos a una casa construida dentro de otra. Pedía permiso para tomar fotos del recinto para enviarles a mis papás.
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