Hablaba con Antanas Mockus y le caía bien, le parecía chistosa. El sueño se interrumpía, me despertaba a las 8am, muy tarde para ir al trabajo. Entonces me despertaba de ese sueño también, pero faltaban 20 para las 4. Quería volver a dormir pero me despertaba de ese otro sueño y ahora sí estaba a tiempo. El problema era que descubría que me habían obligado a casarme con Guaripolo, el de 31 Minutos. Yo me encerraba en mi cuarto para no tener nada que ver con él.
De repente estaba en una sala de computadores muy parecida a esa sala de idiomas de Los Andes donde nunca tuve clase. Había niñas muy indisciplinadas a las que amenazaban con separar si seguían portándose mal. Yo veía un video de cómo una familia tiraba un caballo de papier-mâché con cabeza de Noel Fielding y rueditas por encima de una cerca hacia la nieve.
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