Era mi último día en Japón y yo tenía que empacar. Estaba en una especie de tienda por departamentos bogotana vieja y mi ropa estaba colgada en ganchos que se parecían a los mostradores del Only o un almacén por el estilo. Pensaba que si había mucho que botar no necesitaría tanto tiempo para empacar. Había muchos ganchos sin ropa dentro de la maleta. Pensaba sacarlos pero después. Había promoción de interiores en la tienda y yo quería comprar varios, pero me quedaba intentando calcular cuánto sería el total y cuántos debería comprar para no gastar demasiado. Creo que estaban a ¥157 cada uno. Baratísimos.
Estaba cerca de una estación de tren y mi papá hablaba de lo bien que estaba Japón, pero yo le señalaba un letrero que mostraba los lugares donde había apagón en Tsukuba (eran muchos) y le decía que no, que Japón en realidad estaba bastante mal. Ya en la estación, llegaba Minori a acosarme. Yo le pedía que no me tocara. Él decía que me había tocado antes. Mi papá aparecía y nos metíamos en un tren que se cerraba en las narices de Minori. Minori me hacía todo tipo de gestos obscenos. Yo le decía que se muriera pasándome el dedo índice por el cuello.
En el tren aparecía Utsumi Sensei (profesor de Gaidai) y me hablaba en japonés/inglés/español sobre el pan con alverjas en la tradición japonesa.
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