Estaba en Tailandia con mi familia. Recorría un museo de arte moderno con mi hermana en patines. Mi abuela se quejaba porque el país era muy inmoral. Yo le respondía que no me importaba aquello de lo que se quejaba. Mi mamá aparecía furiosa y decía que mi abuela y ella se iban a pasar al cuarto que ocupábamos mi hermana y yo. Aparecía mi padrastro, que siempre andaba ocupado. Yo le preguntaba en inglés si estaría ocupado el resto del paseo, él decía que sí y yo me pedía ir a dormir a su cuarto. Mi mamá estaba peor de brava pero no decía nada. Cuando mi padrastro se iba, me daba cuenta de que mi papá siempre había estado ahí y estaba muy triste porque me había oído llamar a mi padrastro “dad”.
2011 -
03.08