Visitaba a Yazan, mi amigo sirio, y le decía que en cinco años de vivir en Japón seguramente habíamos cambiado mucho. Mientras hablábamos encontraba en mi bolsillo un arete en forma de hibisco. Estaba roto pero aún se veía bien.
De repente estaba metida en una telenovela con Nórida Rodríguez, quien estaba muy enamorada de su galán y al parecer se iba a casar. La veía fritando alverjas y habichuelas muy verdes.
Tags: celebridades, colores, comida, la vida real, romance, Uncategorized