Cavorite estaba sentado en su silla blanca cómoda y me hablaba de horarios (no sé de qué) y de sus amigos en Popayán que yo debería conocer. Fue apenas un destello brevísimo de sueño justo antes de abrir los ojos.
Desperté con “Azul” de Natalia Lafourcade dándome vueltas en la cabeza.
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