- Se partía la punta del enchufe de los parlantes de mi computador, dejándome sin buen sonido para el computador. Frustración y mil intentos inútiles de pegarlo esperando que las dos partes milagrosamente se fundieran uniéndolas con fuerza.
- Hacía fila con Ovidio en la sección de migración de un aeropuerto, saliendo de algún país. Era una fila larga, larga, larga, como cuando uno viaja desde Estados Unidos y tiene que pasar por donde hay que quitarse los zapatos y todo el mundo viaja al mismo tiempo. Le daba un beso en la mejilla. Estábamos contentos. Al despertar me di cuenta de que solo en el sueño había podido recordar bien su voz.
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