Xochimilco, Tapaulipa, Aguascalientes

Me rendí. Lo mío no son los corridos, ni Juan Charrasqueado, ni “ya murió la Perra pero quedan los perritos”. Las preguntas del parcial estaban escritas en klingon y decidí no arriesgar mi bonito promedio (que pese a sonar esforzado es absolutamente mediocre para un estudiante de Literatura) por algo tan elemental como tener que esperar al golpazo de la nota cuando ya no hay nada que hacer al respecto. No, no, no. Adiós, Juan Rulfo. Otro día te veré, cuando no las notas no se interpongan en nuestro amor. Sí, claro, con el amor que te tengo…. Con gusto es que retiro la clase.

***
No me logro acostumbrar a esta nueva vida. Se supone que, cuando uno enviuda, lo hace para siempre.

[ House of the Rising Sun — The Animals ]

Si miro hacia adelante, el viento me da en la cara y el pelo se me mete en los ojos.

Hoy, en vez de hacer el trabajo de Rulfo (porque en serio no planeo hacer un trabajo cuyo enunciado está escrito en klingon), me puse a mirar posts viejos de este amable blog. Me he reído mucho. Definitivamente la vida es un continuo doblepensar (y dele con el temita) y todo aquello en lo que creo resulta, tarde o temprano, siendo falso. Estoy convencida de que puedo manejar el futuro a mi antojo cuando no hay nada más apartado de la maleabilidad…

El futuro no debería angustiarme del modo en que lo ha hecho durante gran parte de mi vida. Es decir, es bueno pensar en él pero no depender de él de un modo tan desesperado. Al fin y al cabo, nada es seguro. Las sonrisas se marchitan con rapidez y sin causa aparente, así que más vale disfrutarlas mientras duran. Por primera vez en mucho tiempo enfoco la vista más acá del inalcanzable horizonte, y el paisaje resultó ser agradable. Al menos, si estiro las manos, no me encuentro pellizcando el aire.

El problema emergente es que el aire de lontananza traía espejismos, y ahora toca arreglar cuentas con ellos. No será nada fácil: la arena ubicada debajo de ellos (o que así se hace ver) irrita las conjuntivas y termino llorando como una Magdalena. Harán falta más lágrimas para entender mejor la incidencia de estos nuevos rayos chispeando en mis cristalinos. Hará falta tiempo para entender el tiempo. Hará falta toda una vida para mirar al fin hacia atrás, ya desde el borde del inevitable abismo, y exclamar con satisfacción “ah, conque así era todo. Wakarimashita.”

[ These Are the Days — Jamie Cullum (pero dentro de mi cabeza porque no hay de otra) ]

Instrucciones para responder un parcial sobre El llano en llamas

  1. Olvidar que hay ochenta mil canciones por bajar cuyo título curiosamente no se recuerda y hay que buscar.
  2. Ignorar el sueño. En caso de no lograrse esto, dormir antes.
  3. Llevar una buena provisión de Ginger Ale /chicles /gomitas al computador.
  4. Bloquear a Himura en msn.
  5. No interesarse de repente por el presente estado del país y/o de todos los blogs de TOL.
  6. Ignorar la música y todas las asociaciones libres que de ella derivan.
    1. Preferiblemente evitar Playground Love (Air), Someone Saved My Life Tonight (Elton John) o The Air that I Breathe (The Hollies). Afortunadamente los grandes éxitos de Billy Joel están en un CD en mi cuarto.
  7. Olvidar la existencia de mis blogs.
  8. Ignorar el torrente de palabras inútiles que de la nada piden significado.
  9. Concentrar mente y cuerpo en la única acción de sacar adelante el demoniaco parcial.
  10. Dejar de maldecir al pobre Rulfo.

***

Después de lo que pasó el miércoles pasado con El Payé y el resultado de mi trabajo final de Teoría 2 el semestre pasado, me doy cuenta de que la Literatura no es sino un continuo ejercicio de doblepensar. Que alguien me abofetee.

[ Spanish Harlem — The Mamas and the Papas ]

Si miro hacia adelante, el viento me da en la cara y el pelo se me mete en los ojos.

Hoy, en vez de hacer el trabajo de Rulfo (porque en serio no planeo hacer un trabajo cuyo enunciado está escrito en klingon), me puse a mirar posts viejos de este amable blog. Me he reído mucho. Definitivamente la vida es un continuo doblepensar (y dele con el temita) y todo aquello en lo que creo resulta, tarde o temprano, siendo falso. Estoy convencida de que puedo manejar el futuro a mi antojo cuando no hay nada más apartado de la maleabilidad…

El futuro no debería angustiarme del modo en que lo ha hecho durante gran parte de mi vida. Es decir, es bueno pensar en él pero no depender de él de un modo tan desesperado. Al fin y al cabo, nada es seguro. Las sonrisas se marchitan con rapidez y sin causa aparente, así que más vale disfrutarlas mientras duran. Por primera vez en mucho tiempo enfoco la vista más acá del inalcanzable horizonte, y el paisaje resultó ser agradable. Al menos, si estiro las manos, no me encuentro pellizcando el aire.

El problema emergente es que el aire de lontananza traía espejismos, y ahora toca arreglar cuentas con ellos. No será nada fácil: la arena ubicada debajo de ellos (o que así se hace ver) irrita las conjuntivas y termino llorando como una Magdalena. Harán falta más lágrimas para entender mejor la incidencia de estos nuevos rayos chispeando en mis cristalinos. Hará falta tiempo para entender el tiempo. Hará falta toda una vida para mirar al fin hacia atrás, ya desde el borde del inevitable abismo, y exclamar con satisfacción “ah, conque así era todo. Wakarimashita.”

[ These Are the Days — Jamie Cullum (pero dentro de mi cabeza porque no hay de otra) ]

Memorias de un pseudoTOLM

Es menester informaros que este post no sirve para aclarar, explicar ni ilustrar (cuán redundante) nada de lo que sucedió en la pequeña reunión del jueves en Juan Valdez. Este post es lo que dice su título, memorias y nada más.

  • Acudí al llamado del supuesto espionaje organizacional ante la innecesaria promesa de no hablar con los “extranjeros” (si alguien me ayudara a encontrar el permalink al último y muy interesante post de Alejo, le agradecería mucho). Acerté al suponer que la reunión se llevaba a cabo en la mesa donde había un personaje con gorrito de Wally. No supe más al respecto.
  • Por alguna extraña razón me imaginaba que la reunión de Blogscolombia iba a ser como esos campings familiares que salen en las películas, donde de la nada emerge una estampida de gente con manteles de cuadritos y hay besos en las mejillas y manos en alto agitadas aquí y allá. Curiosamente, cuando el maestro Himura y yo llegamos, el café no distaba mucho de lo que siempre ha sido: un punto de encuentro de grupos pequeños. Muchas corbatas y portafolios en el aire.
  • Mi mente desvariante y agripada se aferró a la silla del momentáneamente ausente Himura como a un apéndice de mimbre y metal alimentado por alguna arteria importante. Nada contra la Máquina del Odio, en serio. Él merece y tiene todo mi respeto.
  • La cohesión de los clanes puede alcanzar niveles insospechados.
  • Maffesita rocks. SicFaciuntOmnes rocks too, pero eso él ya lo sabe.
  • Al parecer, la reunión blogcolombiana fue mucho más seria y significativa que todos los TOLMs juntos. Como dije en el primer punto, más allá de la existencia de Wally y un portátil en la mesa, no supe más de lo que sucedía allá. Sea lo que sea, con o sin primeros colectivos, comunidades, clanes, tienda de souvenirs, misión/visión o cubrimiento en vivo de los medios oficiales, TOL simplemente cambió mi vida (no sé si para bien o para mal).

[ Life on Mars — David Bowie ]

Takeuchi / Keitai / Tanjyoubi

Ayer fuimos a un almuerzo en la sede campestre del club de profesores y egresados de la Universidad Nacional. Mientras recorríamos a pie la carretera de entrada, pasó una camioneta por cuya ventana se asomaba un niño pequeño de facciones sutilmente peculiares. Una idea pasó fugazmente por mi cabeza, pero no hizo mayor mella. Sin embargo, regresó al momento cuando el vigilante anunció por radioteléfono algo con la palabra “Takeuchi”. Tal como me lo había imaginado, el niño era descendiente de japoneses. ¡¡De Takeuchi!! ¡¡¡El archifamoso profesor Takeuchi iba a almorzar allí también!!! ¡¡¡Yo tenía que verlo!!!

Terminamos de subir la cuesta hasta llegar al restaurante mencionando datos varios sobre el objetivo a estudiar— que mi tío tomó clase con él, que el nombre coincide con el de mi cuñado, que justo el día anterior se lo había mencionado en una conversación. Mientras mi papá confirmaba nuestra llegada con el señor que organiza todo, yo miraba a la familia que se apeaba de la camioneta mientras trataba de no parecer demasiado curiosa, recordando las sabias palabras de Minori: “Yo no soy un animal de zoológico como para que todos me estén mirando”. Era inevitable: todos me habían hablado de él —mi mamá, mi papá, el Sensei, Himura Kun, posts varios en TOL… ¿Cómo no quedarme observando? ¿Cómo no quedarme callada en la fila de la barra de ensaladas para oír cómo hablaba mientras llenaba mi plato de repollo con piña y uvas pasas? (Sólo pude oír a la esposa, y hablaba español.) Ya sé, esto está cogiendo tintes enfermizos… pero ahí paró. Terminamos de almorzar, le dirigí un último vistazo al eminente profesor, al bebé de ojos peculiares quien buscaba a su papá (colombiano) y nos fuimos a tomar aromática antes de volver a casa.

Por otro lado…

Un inesperado giro del destino me ha convertido en un usuario más del adminículo generador de ruido que acaba con la soledad del individuo y lo conecta con quien más urgentemente lo necesita. You know my name, look up the number!

Y por último…

Otanjyoubi omedetou gozaimasu, Minori San (maldito hiragana que no sale, qué estafa).

[ The Dark of the Matinée — Franz Ferdinand ]

Being for the Benefit of Miss Kite!

Y pensar que, de repente, todo lo que tenía como convicción acerca de The Open List se vino abajo…

Messrs. K. and H. assure the public their production will be second to none…!

[ La lavadora ]

Coffee Someday

Nos tenemos que tomar un café.

La frase se pronuncia tantas veces que se la puede ver emergiendo de una fábrica de periódicos a gran velocidad, repetida como un reflejo entre espejos que se enfrentan.

Cara tras cara se reparte la momentánea preocupación de una infinita ausencia abruptamente truncada; es un volante promocional que todos reciben mecánicamente para botarlo sin haberlo examinado en la siguiente caneca.

La frase comprende su propia vacuidad; lo sabe la boca que la pronuncia, así que se apresura a deshacerse en consuelos que se transforman en lugares, temas sin desarrollar, títulos de anécdotas— un álbum de fotos que sólo muestra los marcos blancos y algunas rotas esquinas donde sólo salen las correas atravesadas de la cámara y la pelusa que se alojó en el lente durante todas las vacaciones. No obstante, el destino es bien conocido, y la frase sabe que caerá en el vacío de la cortés sonrisa.

La frase sabe —aunque la boca tal vez lo ignore en su alegre ingenuidad —que una vez los ojos que se reencuentran vuelvan su mirada al lado de la calle que venían recorriendo, las promesas y amables sentencias se sublimarán en fugaces nubes de yodo, y el olvido interrumpido volverá a ser como antes.

[ Monkberry Moon Delight — Paul McCartney & Wings ]

Bring me three freaks, an XBox with movies and old games, a TV special on Star Wars, and a bunch of empanadas, and I shall give you the eighties back.

[ Sir Duke — Stevie Wonder ]

Behind the Scenes: Tal Cual

Fanáticos del buen entretenimiento relacionado con la canasta familiar, ¡no dejen de leer esto!

[ Una voz hablando por celular; al parecer no entiende nada de lo que le dicen pese a que hasta yo alcanzo a oír]