Con todo el revuelo de los últimos días por la inminente desaparición de Google Reader, me puse a probar servicios alternativos para dar el salto y poder seguir leyendo mis blogs favoritos sin tener que buscarlos uno por uno. Mi …
Archive for the 'cavorite' Category
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De las aceitunas me gusta todo, incluyendo la palabra. Aceituna. La sola palabra da hambre. En 2010, Yurika me llevó a Shodoshima, una islita en el Mar Interior donde las calles estaban bordeadas de olivos. Bajamos un par de aceitunas …
Madrugué. Tenía los ojos lo suficientemente hinchados como para dificultarme la postura de los lentes. A las 5:30am llamé un taxi, a las 5:40 llegó, me fui sin despedirme de nadie y a las 5:50 ya estaba en el aeropuerto. …
Tanta angustia del mundo con los finales y yo acá sintiéndome en plácida continuidad. La gente me pregunta qué hay de nuevo pero yo no tengo nada que contar. Nada. Bueno, sí, abandoné las oficinas, pero ese había sido un …
Es de madrugada y quién sabe por qué razón ya no estoy durmiendo. Me rodea una caja negra con una abertura rectangular azul. El rectángulo tiene en medio un manchón luminoso. Interrumpo el sueño de un par de ojos menos …
1.
El 4 de septiembre de 1977, el restaurante Golden Dragon, en Washington Street, fue escenario de una masacre fruto de la guerra de pandillas chinas. Los Joe Boys intentaron asesinar a un miembro de los Wah Ching en venganza …
En Las esferas del dragón, el maestro Roshi le entrega a Gokú una pesada caparazón de tortuga para que entrene con ella a cuestas todos los días. El método sugiere que uno se acostumbra tanto al peso extra que, …
La última vez que vine a San Francisco, hace nueve años y medio, empecé a hacer un diario de viaje muy detallado que no terminé. De hecho, solo escribí el día 1. Es más, ni siquiera era tan detallado, sino …
Esta semana:
- El vigilante de mi conjunto hizo pasar a un taxi random en vez del que había llamado, causando un breve episodio de tensión (el señor ya nos había llevado pero podía tratarse de un amable y conocido taxista
Las mañanas bogotanas de mi infancia —más exactamente entre los tres y cuatro años— se parecen mucho a la de hoy: oscuras y llenas de nubes superpuestas como paletas desordenadas de grises. En ese entonces había guantes y bufandas y …