Mariposa, Butterfly, Papillon, Borboleta, Farfalla, Schmetterling, Pulelehua!

Me pregunto adónde van todas las palabras dulces después de ser dichas. Deben volar como mariposas hacia el infinito, porque nunca se ha visto una que vuelva, o sí pero muy de vez en cuando, como insecto que por accidente retorna a su punto de partida. Existe un negocio lo más de raro en Estados Unidos, una cría de mariposas para soltar a la salida de las iglesias en matrimonios en vez de cubrir a los novios de arroz. Debe ser muy romántico, uno todo rodeado de butterflies al salir con el amor de la vida por la puerta grande. Y sería muy chistoso si en vez de mariposas se equivocaran y pusieran ¡polillas! No, no, no, terrible.

La palabra mariposa en sí es muy bonita. El orden de los idiomas en los que escribí la palabra en el título son español, inglés, francés, portugués, italiano, alemán y hawaiiano. Esta vez sí lo digo, porque con mano no lo hice. Aunque si quieren se los digo… Mano está en español, inglés, francés, portugués, catalán, chino y coreano. Lo siento mucho si algunos no pueden ver las letras chinas y coranas, pero yo aprovecho que instalé compatibilidad con todos los idiomas en mi compu.

Pues sí que eso les cuento, casi que llorando. Las mariposas de palabras dulces me rozan el rostro y se posan sobre mi nariz, pero pronto se van. Quedo tan sólo con el recuerdo del fantástico momento —fantástico no como bonito sino como de fantasía, algo que muy seguramente es producto de mi imaginación, qué tristeza— y cuando busco las mariposas, éstas ya se han convertido en polillas dispuestas a corroerme como ácido. ¿Saben qué voy a hacer? Voy a comprarme un buen insecticida y voy a destruir las siguientes mariposas que se me acerquen porque son portadoras de la mala suerte. Sí, señores, ¡de la mala suerte! Las últimas mariposas que me acariciaron dulcemente se convirtieron en apestosas polillas y rayos, no me dejan en paz. Zumban como los moscardones de los sueños, ¡y hasta peor! No, no, no, no estoy dispuesta a aceptar eso una vez más. No más. No más. NO MÁS.

As borboletas são muito belas; não obstante, fazem muito dano.

Estoy escuchando: Mamma, de Spice Girls

Me siento: Tranquila

If You Fall

If you fall,

I’ll pick you up,

Heal your wounds,

Wipe your tears dry…

And you’ll thank

Another soul

Who was only

Passing by.

Estoy escuchando: Seven Caged Tigers, de Stone Temple Pilots

Me siento: All messed up!

Le fabuleux destin d’Amélie Poulain

¿Qué le pasa al mundo que todos sus habitantes están estresados? ¿Qué hay de aquellos días en que yo los saludaba y me sonreían amablemente? Ahora debo aguantar suspiros exhaustos, caras largas, malas noticias, exclamaciones de un poco más de 120 dB, los que no están furiosos están tristes, Mein Gott, ¿qué pasa? Las fuerzas malignas del universo se han combinado estos días para hacernos la vida imposible a todos. ¿Y dónde me encuentro yo? Aquí, escribiendo entre la medianoche y el amanecer, aburridísima. No estoy para obsesionarme con trabajos que no funcionan o ensayos que faltan o quién sabe qué otra cantidad de cosas. Dentro de varias horas tengo una presentación de coro y banda. Espero que me vaya bien. Agh, no sé qué pensar de todo esto. Tengo bien el proyecto de Inglés and that’s all what matters. Quisiera que todo el mundo volviera a ser feliz… Quisiera que todas aquellas personas a quienes he visto tristes o furiosas (o las dos) retornaran a las sonrisas que a mí misma me han sacado de algunos agujeros.

¿Podré ejercer la labor de Amélie Poulain, trayendo felicidad a todas las personas que me rodean? Créanme, es lo que más deseo en este momento. Así, de paso, conseguiré como pago un par de sonrisas que ampliarán la mía propia.

Estoy escuchando: Steal Your Love Away, de Gemini

Me siento: Aburrida/Algo disgustada/¿Sedada?

Engel gegen Teufel

El tema que trataré en esta ocasión gira en torno a una palabra que me gusta mucho aunque el hecho en sí no me simpatiza tanto: la ambivalencia.

La ambivalencia consiste en dos tendencias o impulsos, generlamente opuestos, combinados (el lego tiene derecho a ser ilustrado). Por lo general aprece en situaciones extremas de la vida, como en el querer. Se quiere y no se quiere, se quiere pero…, se quiere a una persona y se quiere a otra, bueno, un sinfín de casos que no hacen sino agravar la tensión de querer en sí. Nelly Furtado interpreta una canción llamada Hey, Man!, que termina con las líneas “and I don’t want ambivalence, no I don’t want ambivalence no more”. Eso es exactamente lo que necesita el mundo, acabar con la ambivalencia. Las personas que se contradicen hacen que los demás terminen contradiciéndose o destruyéndolos o quién sabe qué otro montón de cosas.

No me gusta cuando la ambivalencia de alguien me afecta directamente a mí, aunque confieso que en ocasiones yo misma soy así. El angelito y el diablito que me fueron asignados se sientan en mis hombros y empiezan una discusión acalorada que debo escuchar de principio a fin. No es divertido. Lo peor de todo es cuando mis personas especiales empiezan a sentir a sus angelitos sentarse a un lado, a la espera de su contendor. ¿Y sobre qué discuten estos ángeles y diablos? ¡Sobre mí! Claro, los dueños de estos seres celestiales/infernales empiezan a marearse con los largos discursos y se desahogan actuando de manera extraña. Ah, claro, de ahí vienen los trocitos de felicidad triturados y barridos; la persona se cansa tanto de oír al ángel y al diablo contradecirse mientras comparte las opiniones de los dos que resuelve aproximarse hacia mí, arrebatarme el caleidoscopio mágico y pisotearlo. ¿Recibo yo alguna explicación? Ojalá fuera así. Lo único que puedo hacer es recoger los trozos remanentes y guardarlos para jugar al rompecabezas en mis ratos de ocio. Les cuento que mi colección de fragmentos de caleidoscopios va en aumento.

Voy a tener que organizar una encuesta a cada persona especial con una advertencia:

No responder en presencia de ángeles o diablos personales.

La pregunta iría así:

¿Qué siente usted por mí exactamente?

Como la ambivalencia bloquea la mente, ayudaré con unas gentiles opciones:

a) la odio —somos enemigos

b) me simpatiza —somos amigos

c) la adoro —somos más que amigos

¡Y no se pueden marcar dos opciones, ambivalentes! Esos angelitos y diablitos sí que causan estragos…

Estoy escuchando: Barcelona, de Jewel

Me siento: ¿Ambivalente?