If I Stand Alone in the Middle of the Snow and Nobody Sees Me

Hoy es el día número no-sé-cuánto de estar metida en este cuarto escribiendo ensayos que no me gustan. Estoy aburrida. Sí, estoy muy aburrida. No hallo la hora de que llegue el viernes para poder pensar en cosas bonitas y hacer algo nuevo, aunque a la gente nada le parezca nuevo y lo nuevo que yo haga no les interese en lo más mínimo. Exacto. Quisiera que a la gente le interesara lo que yo hago. O mirándolo mejor de otro modo, quisiera interesarle a la gente que me interesa. Estoy siendo muy redundante con lo que digo, pero en serio siento que tengo razón al decir que irse es morir un poco. Ya sólo quedan las memorias de mí, los ocasionales recuerdos de momentos vividos en el pasado. Soy el pasado. Ya estoy en el inframundo y mi llamado no se escucha.

Ojalá alguien se detuviera durante un solo instante a recordar que existo y preguntarse cómo estoy, en vez de exigirme que escriba y los mantenga al día como si yo fuera un periódico.

Estoy escuchando: los ruiditos del msn y las voces del pasillo

Me siento: En una montaña rusa mental: subo, a punto de explotar, y bajo, en un mar de tranquila

森のくまさん (Mori no Kuma-San)

El cielo les dio un ultimátum a los árboles, y ya que no efectuaron el otoñal cambio de color en sus hojas bajo el plazo previamente dado, debieron deshacerse de ellas tan pronto como les fuera posible así siguieran verdes. El resultado es una mañana de zafiro translúcido que respira una incesante lluvia de hojas de todos los colores. El día en sí parece sonreír, y uno se siente tentado a pensar que afuera el sol acaricia las mejillas de los caminantes, pero la realidad es que el frío corta la piel y solidifica la otrora tibia sangre. Sin embargo, todo es felicidad para este día surrealista con su chubasco de hojas. Quiero salir a correr por entre los sólidos y mullidos charcos de esmeralda, ámbar, coral y rubí, recibir en la cara las corrientes del ártico que quieren adelantar el invierno, gritarle a todo el mundo “お早う!” (ohayou! ¡buenos días!) con una gran sonrisa, olvidar que esto es Iowa y pensar que aquí es aquí sin importar dónde.

Supongo que, en medio de su eterno sufrimiento, el diablo también les da recreo a los condenados y se divierte viéndolos jugar un rato.

Estoy escuchando: It’s Still Rock and Roll to Me, de Billy Joel

Me siento: Casi en el cielo

愛の歌

… y escuché palabras que no entendía; pero vi sus ojos, sus manos volando sobre su corazón, y comprendí lo que quería decir. Aprendí a dibujar una palabra que más tarde me dolería, porque lo único que él me pedía era un trozo de los tantos años que componen mi vida, y yo no podía ofrecerle ese regalo por más que sintiera afecto por esas cejas de pinceladas gruesas y esa cascada de cabello de medianoche. Aún me acechan los recuerdos de la noche iluminada por el bombardeo proveniente del mismísimo cielo, las minúsculas bombas líquidas cayendo sobre mi capota, la penetrante mirada de ojos rasgados, sonriente y devastada… y yo huyendo de este estallido corriendo al refugio temporal de mi cuarto. Cada trueno es un latigazo que me recuerda que debo tomar una decisión respecto de este verde pueblo olvidado, pero pensando solamente en mí y en nadie más, como sabiamente lo dijera él.

Entonces oigo un eco proveniente de la tierra que sintió crecer mis raíces, es el clamor de alguien que se había negado siempre a soltar mi mano, y que cuando de repente sintió que cada vez tenía menos carne y huesos en su poder pensó que al mismo tiempo tenía menos alma. Se resignó con rabia, ocultó el deseo de volver a ver la luz de un día normal a mi lado tras una máscara de indiferencia convertida en furia. Y la tormenta de sus propios pensamientos lo volvió un ser incrédulo. O tal vez sí creía, pero yo ya no entendía… por el momento no entendería; yo ahora estaría dedicada a desenredar mis propios hilos. En el fondo sólo quiero oír ese clamor lejano y volver a sostener mi mano entre la suya, pero abro los ojos y de nuevo encuentro las cejas de pinceladas gruesas, los ojos rasgados…

Estoy escuchando: Twilight, de Vanessa Carlton

Me siento: Confundida/Desesperada

Discombobulated

La palabra discombobulated me persiguió durante todo mi trayecto en el avión de Miami a Chicago. Aún no tenía una idea clara de lo que quería decir, pero todo me parecía que estaba descrito por ese término. Ahora que encontré el significado (“confuse or disconcert“), estoy completamente segura de que es ésa la palabra justa para nombrar mi estado de ánimo en estos últimos días. Variable, ignorante de los cambios que dentro de mí se llevan a cabo, angustiada ante el vacío de un mundo tan nuevo. Sigo con la resolución de hacer crecer mi caparazón, y lo estoy logrando mediante el propósito de divertirme lo que más pueda. Acepto cada invitación y la gozo al máximo… a mi manera. Mato la depresión con siestas, y procuro que todo brille a mi alrededor. No es fácil, a veces vuelvo a caer en el remolino de la discombobulation, pero braceo con todas mis fuerzas para salir a flote, y al parecer lo estoy logrando. A veces tengo ideas horribles, demonios que intentan hechizarme y zombificarme, pero ahora he descubierto que tengo una espada para acabar con ellos. Puedo hacer que la impresionante luna roja no sea un símbolo de horror sino de grandeza, que la soledad y la compañía adquieran nuevos encantos que sin caparazón no lograba sentir. Si puedo dominarme a mí misma y fortalecerme, puedo hallarme entre tantos pensamientos perdidos que me sumergen en la discombobulation.

Todo se trata de encontrar el orden en medio del caos, supongo yo… y de ocultar la fragilidad del ser aislado tras la gran caparazón de una constante sonrisa.

Estoy escuchando: Something to Sleep To, de Michelle Branch (sí, de nuevo)

Me siento: Llena de ideas por aclarar acerca de mí misma/Optimista