Asceta

No sé cómo describir con exactitud el principio de este día. Creo que dividiré el proceso en viñetas de instantes:

  • Abrir los ojos
  • Pensar de inmediato en ver qué hay en Twitter
  • Caer en cuenta de que ya no tengo Twitter
  • Sorprenderme de que mi primer pensamiento de la mañana no sea ni siquiera qué soñé sino Twitter
  • Recordar que soñé con atentados terroristas en Filipinas y gatos miniatura

Como bien saben, he estado luchando últimamente contra un problema de clics nerviosos que afecta mi concentración y me aleja de mis verdaderos hobbies. Pues bien, he continuado mi análisis de comportamientos en Internet y me he encontrado con un diagnóstico nada alentador. De nuevo las viñetas:

  • A principios de agosto pasé cinco días en La Dorada, donde tengo el Internet dosificado por horas, y resulté gastando un total de 25. Veinticinco. Más de un día entero haciendo cosas que no recuerdo. Hace ocho o diez años pasaba el tiempo muerto en La Dorada leyendo libros.
  • Anteayer j. me preguntó cuál era la pelea del día en Twitter y yo no pude pensar en nada relevante.
  • Me di cuenta de que mis clics nerviosos son en parte ganas terribles de leer que no estoy saciando con libros sino con la búsqueda frenética de artículos. Termino entonces llenándome de información basura que no voy a recordar después —no puedo dar cuenta de lo aprendido porque no hay nada aprendido— pero me da la sensación de que hubo un espacio de lectura. Es como comer grandes cantidades de chitos pudiendo almorzar.
  • Estoy lamentando mucho la pérdida de anécdotas que no consigné aquí porque las puse en Twitter.
  • Ayer me mostraron un texto. El asunto era algo de lo que no quería enterarme, especialmente por ser la opinión de una persona x en un medio que jamás leo, pero igual le invertí tiempo. La sensación fue bien descrita por Deambulante: “la información ni te quita ni te pone pero sí te deja pensando estupideces”.

Dados los antecedentes, j. me propuso que hiciera el experimento de cerrar Twitter por 20 días. Cerrar cerrar cerrar. Difícil decisión. Obviamente le di muchas vueltas —¿cómo llegará la gente a mi blog? ¿qué va a pasar con mis interlocutores simpáticos? ¿volveré a hablar con alguien?—, pero al fin me lancé, qué caramba. Sin mente, como dice mi primo. Me quedé sin contestar un par de comentarios, pero supongo que eso tiene solución por e-mail o en persona. También supongo que alguien podría buscarme aquí en el blog, si es que se da el caso de querer saber de mí.

Ahora viene la parte que comienza así: “¡Yo era un infeliz!” ¿Recuerdan esos testimonios milagrosos de gente que dejó Twitter y en tres días ya estaba tocando un instrumento musical? Pues ahora les creo. Llevo menos de 24 horas en estas y ya le estoy viendo el lado terapéutico al ejercicio. De repente siento que tengo más tiempo y puedo dedicarme a otras cosas. Sé que en realidad el tiempo libre siempre ha estado ahí y yo misma me he dejado absorber por la avalancha de estímulos, pero no dejo de sentir cierto alivio apenas me doy cuenta de que no tengo cómo enterarme de lo que está pasando en miles de mundos ni cómo publicar apartes de mi monólogo interno como si de las Citas Citables se tratara. Hace unas horas, después de pasar por el shock inicial de la falta de Twitter, me puse a leer un libro que tenía abandonado. Vaya, vaya.

16 Responses to “Asceta”


  • Hace cías estoy que hago lo mismo; Pienso en la información que “gano” por ahí pero creo que los temas que me interesan he de buscarlos y no esperar para encontrarlos en forma de link. Me emociona cuando hablas de aquellos que ahora tocan un instrumento pero también pienso “es cuestión de voluntad manejar bien las redes spciales”, pero a veces, cuando la mente no tiende a ser tu aliada, es mejor ayudarla un poquito.
    ¡Yo ya “agarré” tu blog y seguiré pasándome!
    🙂

    • Exacto. Es cuestión de voluntad pero a veces no se puede confiar en la propia voluntad. Es más fácil engañar al cerebro.

  • Vale la pena volver a los libros y a la gente en lugar de twitter y otras redes. Voy a intentar el ejercicio. Es un buen momento para hacerlo.

  • Oh. No esperaba leer eso por acá. Interesante el experimento.

  • Por un lado digo «por favor, estás dejando de usar una red social. Y ya. ¿Es eso un ejercicio de ascetismo? ¿first world problems, anyone?»

    Por otro, «carajo, padezco de lo mismo. Y sí, la compulsión es así de fuerte.»

    Me alegro por el tiempo que descubriste.

  • yo estoy en la misma dinámica pero con Facebook “la red social para toda la familia”. Twitter me parece mucho mas interesante aún. Esperemos los resultados del experimento. Esta sera una investigación con gráficas, fondos gubernamentales y tres asesores de investigación chinos.
    un saludo.
    att: contacto superfluo_1

    • ¿Y cuál fue tu razón para salirte de Facebook?

      Yo prometo hasta presentación de PowerPoint en Comic Sans como las hacen los grandes científicos de hoy en día.

      • Que no le veía mucha utilidad real, en el ultimo tiempo. Y deseos de hacer el experimento.

        • Yo habría cerrado mi FB hace rato de no ser porque se convirtió en el medio de comunicación oficial de mi familia después del terremoto. Por alguna razón me buscaron fue por ahí.

  • “Es como comer grandes cantidades de chitos pudiendo almorzar”. Soberbio

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