Se siente raro despertar y saber de repente que uno es mayor de edad. Recuerdo la canción que decía “tengo diecisiete años de enfermedad, sí, sí, sí, sí; cuando tenga dieciocho se me curará“. Era bastante chistosa… ¿Se me habrá curado la enfermedad a mí? Lo que sé es que desde este momento puedo ir a la cárcel, beber alcohol, conducir el carro por carretera, ir a discotecas, casarme, votar, y adoptar niños. Es un cambio gracioso porque aún no tengo planes de hacer nada de eso.
Ahora que tengo dieciocho años, les contaré cómo celebré el día de hoy. Salí con Chad a Hard Rock Cafe, me atiborré de un Jumbo Combo con él, vimos con gran agrado videos como Staying Alive de Bee Gees y Ray of Light de Madonna, y cuando ya íbamos a irnos llegaron los meseros, me cantaron el Happy Birthday y me dieron una copa de delicioso helado de chocolate, fresa, chantilly, pepitas de chocolate y una cereza en la cima. Fue fantástico. Nunca creí que el helado de Hard Rock llegara a ser tan exquisito…
Visité a mis abuelos maternos para terminar el día, hecho que me gustó bastante porque tuve la oportunidad de hablar largo y tendido con mi abuelita. Lo único feo fue que estuvo lloviznando todo el rato y alcanzó a llover duro camino a Hard Rock, lo cual hizo que llegáramos al establecimiento corriendo con el pelo goteando y las cejas llenas de agua. Fue divertido, en todo caso. ¿Qué sigue ahora? No lo sé, tengo demasiadas reflexiones por hacer en este trozo de vida que ante mis ojos pasa. Mejor no pienso en nada por el momento y sigo disfrutando la sonrisa que mis labios por fin decidieron poseer.
Estoy escuchando: Dream a Little Dream of Me, de The Mamas and the Papas
Me siento: Somnolienta/Cansada/Muy feliz