La secta de los Adoradores del Santo Cachorro

Me encanta hablar con Soad. Ella es la mejor hermana que cualquier persona podría tener. Tal vez lo digo sólo porque soy yo, pero si fuera otra persona también me gustaría que Soad fuera mi hermana. Ella soporta mi silencio prolongado sin preguntar si estoy brava o insistir en hacerme hablar, y cuando hablamos es fantástico. Soad sabe exactamente cómo consolarme, la causa de mis desdichas y también la de mis alegrías. Algunos de los mejores consejos que recibo provienen de ella, ¡y eso que es menor que yo! Gracias a ella todos mis problemas se arreglan. No sé si ella lo sepa, pero la quiero profundamente. Aún cuando me ponga brava y a veces sea lo más cansón de este mundo, yo sé que siempre estaré ahí para ella, así como ella lo ha estado para mí.

Desde chiquitas hemos sido amigas. Inventábamos canciones y personajes, llenábamos álbumes con nuestros propios dibujos, hacíamos monstruosidades con recortes de revistas de reinas de belleza,… fue a Soad a quien mostré el primer cuento que me consolidó como alguien que se dedicaría toda la vida a escribir. Nadie puede decirme que es hueca, porque no lo es. Es una artista como toda la familia, y me encantan sus apuntes tan oportunos. Es de las personas que más me hacen reír… Realmente me alegra saber que la tengo; agradezco a Dios por habérmela traído.

Estoy escuchando: Fell in Love With a Girl, de White Stripes

Me siento: Agradecida con la vida

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