Lost in Translation

“Sometimes you have to go halfway around the world to come full circle.” —from the Lost in Translation website

¿Qué hacer cuando no sólo se está perdido en el mundo sino en uno mismo? Un viaje es una ocasión perfecta para la vulnerabilidad del alma; el mundo que considerábamos estable se desmorona ante nuestros ojos y las personas en quienes contábamos se convierten en fantasmas de quienes posiblemente sea mejor alejarse. Todos parecen tan bien ubicados en sus cómodas raíces mientras que nosotros no nos hallamos en ninguna parte, mucho menos en este nuevo lugar que nos acoge temporalmente… y entonces, cuando todo parece irse por el drenaje, cuando nuestra alma se asemeja a una estatua de hielo que se quiebra en el suelo y se convierte en un charco informe, aparece una tabla de salvación. Es otra persona igual de perdida a uno, alguien cuya sonrisa tímida brilla entre la incomprensible multitud.

Contando con algo de tiempo y un par de afortunadas casualidades, dos extraños penetrarán el ámbito de la soledad compartida y se convertirán en todo lo que se necesita para sobrevivir en un mundo que parece sacado del otro lado de un agujero de gusano. Entonces, el nuevo mundo se convertirá en algo que merece ser explorado en esta nueva compañía y, a través de este encuentro, los perdidos logran encontrarse a sí mismos, o al menos encuentran la senda por la cual podrían hallarse.

Lo doloroso de estos encuentros en lugares lejanos al hogar es que no pueden ser duraderos. Las dos partes están de paso, tarde o temprano habrá que proseguir el camino. No obstante, aquella pequeña porción de existencia dejará una marca imborrable en la memoria, en los sentimientos… ¿Cómo olvidar a alguien que en un momento dado fue tan igual a uno, alguien con quien uno se sintió seguro pese a hallarse en el mismo laberinto? Si se extendiera Lost in Translation a la vida entera de Charlotte y Bob, ¿cómo veríamos su regreso a la vida normal? ¿Cómo se manejarían sabiendo que en algún lugar del mundo hay alguien con quien alguna vez se habló el mismo idioma, contrario a las personas que habían escogido ya hace algún tiempo? ¿No se convertirían en extranjeros permanentes que sólo han podido hallar el hogar junto a aquel ser que alguna vez se sentó a su lado, insomne? Por un lado, ojalá no; la soledad sería insoportable. Por el otro,…

Tal vez muchos de nosotros nos sentimos extranjeros en el mundo, y necesitamos irnos muy lejos para hallarnos a nosotros mismos. Quién sabe si en el intento hallemos algo más que nuestro propio camino…

SUENA: Ava Adore — Smashing Pumpkins

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