Villanella

Hace cada vez más tiempo, aunque yo siempre quiera creer que fue muy poco, la nieve y la insoportable rutina desecaron mi fuente de inspiración literaria. Cabe recalcar que antes de irme yo solía escribir con regularidad. No digo que era bueno o malo. Sólo que escribía, y no era algo como las cosas que se encuentran abandonadas en este blog, fragmentos de vida como trozos de un espejo en el cual aún se reconocen las formas de un rostro y simplemente se les contempla en el suelo.

Desesperada por mi falta de producción literaria, decidí que tenía que forzarme a escribir de un modo u otro, así que me metí a una clase llamada Fiction Writing y otra llamada Poetry Writing. De Fiction Writing salieron tres cuentos buenos y polémicos (no es bueno decirle en la cara a la gente de Dubuque, IA que es xenófoba). De Poetry Writing salió una invitación a participar en un festival nacional de poesía.

Lo gracioso es que me es prácticamente imposible escribir poesía en español, pero por lo general los cuentos se me ocurren en español. Bueno, en realidad ya no escribo y eso es doloroso. No me he forzado ni esforzado lo suficiente.

Ahora que encuentro un cd con todos mis archivos del año en Iowa, me entra un poco de nostalgia y, en medio de toda la confusión que constituye mi vida, me animo a reconstruir un recuerdo surgido de una palabra italiana encontrada en otro blog (Glorita suscita ideas)… toda una técnica… todas las palabras en su puesto para andar como un reloj. La villanella es peligrosa por lo difícil, por lo burda que puede ser cuando es usada imprudentemente. Sin embargo, cuando logra su efecto se convierte en algo inolvidable e hipnótico.

Les mostraría mi primer y único intento de villanella, pero… por su misma delicadeza prefiero dejarlo entre mi clase de Poetry Writing, James Pollock (el profesor con el mejor nombre del mundo) y yo. Mejor los dejo con un maestro y mi villanella favorita de todos los tiempos. Señores, con ustedes, Dylan Thomas.

DO NOT GO GENTLE INTO THAT GOOD NIGHT

Do not go gentle into that good night,

Old age should burn and rave at close of day;

Rage, rage against the dying of the light.

Though wise men at their end know dark is right,

Because their words had forked no lightning they

Do not go gentle into that good night.

Good men, the last wave by, crying how bright

Their frail deeds might have danced in a green bay,

Rage, rage against the dying of the light.

Wild men who caught and sang the sun in flight,

And learn, too late, they grieved it on its way,

Do not go gentle into that good night.

Grave men, near death, who see with blinding sight

Blind eyes could blaze like meteors and be gay,

Rage, rage against the dying of the light.

And you, my father, there on the sad height,

Curse, bless me now with your fierce tears, I pray.

Do not go gentle into that good night.

Rage, rage against the dying of the light.

Postdatas:

  • No puedo creer lo mucho que me demoré introduciendo el tema. Tengo una retahíla de recuerdos digna de viejito en mecedora.
  • Quiero volver a trabajar en poesía, intentar otra villanella o algún poema sacado de las locuras de mi subconsciente. Eso o bordar.

SUENA: Samurai Song — Ethnic Music Compilations

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