Coffee Someday

Nos tenemos que tomar un café.

La frase se pronuncia tantas veces que se la puede ver emergiendo de una fábrica de periódicos a gran velocidad, repetida como un reflejo entre espejos que se enfrentan.

Cara tras cara se reparte la momentánea preocupación de una infinita ausencia abruptamente truncada; es un volante promocional que todos reciben mecánicamente para botarlo sin haberlo examinado en la siguiente caneca.

La frase comprende su propia vacuidad; lo sabe la boca que la pronuncia, así que se apresura a deshacerse en consuelos que se transforman en lugares, temas sin desarrollar, títulos de anécdotas— un álbum de fotos que sólo muestra los marcos blancos y algunas rotas esquinas donde sólo salen las correas atravesadas de la cámara y la pelusa que se alojó en el lente durante todas las vacaciones. No obstante, el destino es bien conocido, y la frase sabe que caerá en el vacío de la cortés sonrisa.

La frase sabe —aunque la boca tal vez lo ignore en su alegre ingenuidad —que una vez los ojos que se reencuentran vuelvan su mirada al lado de la calle que venían recorriendo, las promesas y amables sentencias se sublimarán en fugaces nubes de yodo, y el olvido interrumpido volverá a ser como antes.

[ Monkberry Moon Delight — Paul McCartney & Wings ]

0 Responses to “Coffee Someday”


  • No Comments

Leave a Reply