Las cinco del viernes

Me salieron las preguntas pachangueras; y yo con the blues

1) ¿Te gusta bailar? ¿Tienes ritmo?

Si toca, pues bailo, pero no tengo iniciativa. No me gusta de a mucho. Tengo ritmo, sí señores. jajaja

2) ¿Sabes bailar los llamados “bailes de salón”? ¿Has hecho algún cursillo?

En Loras College me dieron un cursillo súper rápido (dos horas) de vals y swing. Fue muy interesante. Haciendo una movida de swing mi cabeza chocó con la cabeza del aprendiz que hacía las veces de mi pareja. Se podría decir que quedé curada… Afortunadamente los colombianos no bailamos esa cosa tan complicada y tan poco invitadora.

3) ¿Te gusta ir a discotecas? ¿Te lanzas a la pista o eres de los que aguantas la barra?

Si alguno de ustedes asegura que me ha visto en una discoteca, yo aseguraré que estaba delirando. No me gusta ir a discotecas. ¿No les digo que soy una asocial?

4) ¿Te gusta ver bailar? ¿Has asistido a alguna representación de ballet, baile moderno, bailes regionales?¿Algún musical?

Creo que sí me gusta… Fui a ballet cuando Juliana Henao, mi compañera de curso que se fue a París, presentó un papel en El lago de los cisnes. Fue muy bonito. También, en Dubuque, vi con Minori una presentación de The Joel Hall Dancers, un grupo americano importante de danza contemporánea. Fue súper, y sentí que definitivamente soy una tronca sin gracia ni remedio.

5) ¿Aunque no te guste bailar, hay alguna melodía que sea irresistible para tí? ¿Alguna canción con la que no puedas quedarte quieto?

Miren, toda la vida quise bailar El preso o algún vallenato en aquellas fiestas a las que fui en mis tristes años de bachillerato, pero sucedió lo siguiente:

— Nadie me sacaba a bailar (¿pésima bailarina? hasta los 16 años, sí; ¿fea? con estos criterios masculinos adolescentes, muy seguramente)

— carlosmárquez no bailaba salsa ni vallenato (el muy cretino)

Supongo que alguien tuvo la caridad de sacarme a bailar salsa en algún punto de la pubertad, pero eso del vallenato sí no se cumplió nunca… Ah sí, en mi prom carlosmárquez al fin accedió darle a un vallenatico, pero lo hacía como tan maluquito que para qué la molestia…

Moraleja de Las cinco de este viernes: no confíes en un hombre que te da tantas vueltas al bailar merengue que cuando te suelta tú sigues girando por inercia, te caes al piso y fuera de eso te das en la cabeza con una esquina de la pared.

SUENA: El comején — Wilfrido Vargas

SIENTO: the blues

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