José Feliciano: anécdotas inútiles

Les di a mis amigas las indicaciones incorrectas para llegar al lugar. Casi se pierden. Lo mejor fue haber puesto sólo la dirección en el blog a ver cómo se las arreglaban para aparecer. Por un momento creí que sólo seríamos Lynn, Mare, Lowfill, Himura y yo. O Lynn y yo. ¡Pero no! Resultó buena la asistencia, así que es menester agradecer (en orden de aparición según recuerdo) a Lynn, Lowfill, Arcandolf, Maffesita, Neocygnus, Jean-Paul, Mare, Liam, Himura y KoshKat.

Es la tercera y última celebración de mi cumpleaños este año. Me aferro al iPod como a un tesoro. Hay ponqué de mi abuela y sólo se me ocurren anécdotas tontas, como el regreso a mi hogar en Transmilenio anoche. El bus iba lleno y finalmente hubo puesto para mí al lado de un señor profundamente dormido. Llegando a la estación Quirigua, el señor en medio de su letargo movió su mano derecha, ubicándola muy convenientemente sobre mi muslo izquierdo. Inmediatamente me alejé y el señor se despertó sobresaltado, tan sólo para encontrar la cara de pocos amigos de Himura. Se bajó en Quirigua, desconcertadísimo y procurando evitar el más ligero roce conmigo, “permiso, permiso”. El estrecho espacio entre puesto y puesto pareció de repente un pasillo amplio.

Al notar la presencia de El hombre que calculaba sobre el escritorio del computador:
Mi tío (ingeniero civil): “El hombre que calculaba —hasta que se le cayó el puente…”
Mi papá (arquitecto burócrata): “…y quedó inhabilitado para contratar con el Estado por siete años”.

Los audífonos no logran borrar la presencia de José Feliciano en el equipo de sonido. “Qué será, qué será, qué será… Qué será de mi vida, qué será…” Mi tío se sabe esa canción en italiano y la traduce simultáneamente.

Olavia: José Feliciano sale en un capítulo de Kung Fu. Yo lo vi.
Himura: ¿Ah, sí? ¿Y de qué hace?
Olavia: Pues de ciego…

[ Baker Street — Undercover ]

0 Responses to “José Feliciano: anécdotas inútiles”


  • No Comments

Leave a Reply