¿De vacaciones, mujer?
Te recomendaría que lo pienses dos veces antes de meterte a la piscina del balneario. Uno nunca sabe, no sea que gracias a tu buen apetito y falta de experiencia en el quirófano y el gimnasio termines exhibida en Flickr bajo los apelativos de “grotesca”, “ballena tratando de hundir otra ballena” o “típica mamá que se pone la ropa que ya no le queda bien”. O tal vez los fotógrafos furtivos sean benévolos contigo y simplemente te etiqueten con un sarcástico “hay mucha más gente a gusto con su cuerpo de lo que uno cree”. Al fin y al cabo, para cuerpos naturales como el tuyo existen otros tipos de traje de baño—¡y qué políticamente correctos estamos siendo al llamarlos “naturales” y no “repulsivos”! No descartes la burqa o un overol de mecánico de entre tus opciones para lucir sin ofender la vista de quienes creen que el sol sólo debería brillar para las carátulas de Sports Illustrated.
Corre a comprar la Cosmopolitan y aprende a meterte el dedo en la garganta antes de que sea demasiado tarde. Recuerda que sólo existe un tipo de cuerpo digno de mostrar, y no es precisamente el tuyo.
[ L. Wells — Franz Ferdinand ]
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