Es difícil ser adulto. Hay que decidir muchas cosas. Hay que balancear los deberes y los deseos. Hay que posponer los sueños, temerles. Hay que convertirse en una lista de gratas experiencias laborales.
Hay que andar con tijeras en el bolsillo y cortar lazos a lo largo del camino. Se supone que lo que realmente hay que hacer es pararse en más cocteles con copas y reírse cuando todos se rían y hacer contactos, pero la vida tal cual es un poco diferente a la aspiración responsable del ser social y en ocasiones uno se pasa la copa a la otra mano para sentir las tijeras contra la cadera y saber que en cualquier momento habrá que dar la estocada. El acto de inauguración de uno mismo.
Hay que tensar en paralelo varias cuerdas e intentar caminar sobre todas ellas, sentirlas reventar bajo el propio peso hasta que solo quede una, inescapable, sobre el vacío. La más tediosa suele ser la más fuerte.
nadie dijo que sería fácil a mi me dan muchas ganas de regresar