Una tarde de verano en 2002, un tímido joven japonés se detuvo en un pasillo frente a una colombiana ligeramente menos tímida recién llegada a Dubuque, Iowa. Departieron un rato.
—Después te llamo—, dijo él en inglés a modo de despedida.
—¿Cómo planeas llamarme si no tienes mi número?
El joven quedó algo perplejo ante la audacia de su interlocutora. Parecía una invitación, pero no había manera de asegurarlo. Excepto, tal vez, si cumplía la promesa.
Los días pasaron y los paisajes cambiaron. Hubo encuentros y desencuentros. La nieve cayó y se derritió y volvió a caer. Los aviones surcaron los océanos en vaivén. Así transcurrieron casi siete años.
Una mañana, el teléfono rompió el silencio en un minúsculo y desordenado apartamento en Tsukuba, Ibaraki. Una extranjera levantó el auricular.
—¿Estás despierta?—dijo una voz en japonés desde el otro lado de la línea.
La mujer rió, somnolienta. Parecía el eco de una antigua invitación, pero no había manera de asegurarlo: ella nunca había recordado una promesa durante tanto tiempo.
[ Qui sommes nous? — Olivia Ruiz ]
0 Responses to “また連絡するね”