Tic en el ojo

Ya no sé cuántas veces he venido a escribir para poco después abandonar la silla en busca del futón y la brisa de la ventana. No tengo intención de escribir algo coherente y ordenado.

Esta mañana un temblor interrumpió un sueño en el que aparecía John Cameron Mitchell ya no recuerdo en qué circunstancias. Esta vez no hubo crujido al empezar, sólo empezó a mecerse todo cada vez más duro. Lo que hizo a este terremoto diferente de los que había sentido antes es que el movimiento se sentía más largo, como si tomara más tiempo mecerse de extremo a extremo. El escritorio es demasiado ruidoso y chirria como lavadora vieja. Los temblores acá me dejan con una sensación de impotencia. No puedo hacer absolutamente nada respecto del movimiento de nada menos que la tierra, así que mejor me quedo recostada esperando a que pase. Lo único que me preocupa es el espejo de cuerpo entero que cuelga de la pared y la golpea una y otra vez.

Llevo varios días con un tic en el ojo y mi cuello cruje cuando giro la cabeza. No sé qué es lo que me tiene tan nerviosa. Mi profesor dice que lograré calmarme una vez tenga planeado mi futuro, pero creo que lo único que consigo intentando planear una vida como la mía es aumentar la tensión. Lo cierto es que hay algo más allá de lo laboral y académico detrás del tic y el cuello crujiente, pero no puedo revelárselo a Miyamoto Sensei. Para ustedes lectores debe ser completamente transparente.

No tengo mucho más que decir. Anoche me reuní con Azuma y pasamos la mayor parte de la velada en silencio. Comí raspado de fresa con leche condensada del combini y luego nos quedamos escuchando música en mi apartamento hasta que empecé a cabecear. Entonces apareció John Cameron Mitchell creo que tras bambalinas en un teatro grandísimo y luego hubo un terremoto magnitud 7,2 en la prefectura de Iwate.

[ Take Your Mama Out — Scissor Sisters ]

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