Hace dos días se metieron los ladrones al dormitorio.
Sí, los ladrones. Los residentes no lo podíamos creer.
—¿Eso también pasa acá?
—¿El ladrón era extranjero?
—¿¡Qué!? ¿¡Japonés!?
El vigilante más joven de la universidad decidió hacer uso de su llave maestra para entrar al cuarto de una de las tutoras del edificio, con tan mala suerte de encontrarla ahí mismo, durmiendo. Lo despidieron en el acto, pero no supe si lo denunciaron.
Ayer cambiaron las cerraduras de todos los cuartos. Nadie se ha dado cuenta, pero pese a la cantidad de cosas terribles que salen en el periódico cada día, los extranjeros mismos estamos convencidos de que los japoneses de ninguna manera cometerían un crimen, que en este país nunca pasa nada.
[ This Town — Hot Hot Heat ]
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