(al encontrarlo con Arturo, el peruano, frente al salón de clase)
Martín: ¿Dónde estabas?
Yo: En el dormitorio. Se me había quedado el lápiz. Me tocó hacer el dictado con esfero.
Martín y Arturo: ¿¡Esfero!? ¿Así le llaman ustedes?
Arturo: Es un lapicero.
Martín: Es una birome.
Arturo y yo: ¿¿¿¡¡¡Birome!!!???
Arturo: ¿Y eso cómo se dice en cristiano?
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